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Las 17 pruebas de EBAU: Un mosaico de exámenes que genera polémica por su falta de homogeneidad

  • Las notas obtenidas por los alumnos en las distintas Comunidades Autónomas no son homologables
  • Los criterios de corrección son "muy dispares" y penalizan o premian "de distinta manera"
Varios alumnos realizan los exámenes de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU) en el IES de Santa Eulalia de Mérida. EFE

Noelia García
Madrid,

En los últimos años, ha sido una práctica habitual que cada comunidad autónoma tenga el poder de decidir las preguntas que contendrán en los exámenes de la EBAU dentro de su territorio. Este enfoque, diseñado para adaptarse a las materias obligatorias, ha llevado a la realización de 17 exámenes distintos de la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad (EBAU). Como resultado, la experiencia de la EBAU varía significativamente según la región en la que un estudiante decida examinarse.

Esta disparidad ha generado críticas por parte de alumnos y expertos, quienes argumentan que es injusto e ilógico que las notas obtenidas en exámenes diferentes tengan el mismo peso en la selección de carreras y universidades, basándose únicamente en la nota de corte establecida. Por tanto, es posible que un mismo estudiante obtenga resultados muy diferentes en la prueba de acceso a la universidad dependiendo de la comunidad autónoma en la que se presente, desde aprobar hasta suspender o lograr una excelente calificación, debido a las diferencias en los exámenes planteados en cada región. Esta es una de las conclusiones del análisis comparativo de la EBAU en las 17 autonomías, elaborado por Escuela de Todos, una plataforma de 15 asociaciones que nació en 2021 en Cataluña para luchar por la impartición del 25% del castellano en sus centros educativos y que ahora tiene representación estatal.

La variabilidad en los exámenes es notable desde su denominación misma. Se conocen como EBAU en Murcia, Castilla y León, Extremadura, Asturias, La Rioja y Cantabria, mientras que en Madrid, Aragón, Navarra y Castilla-La Mancha se denominan EvAU. En Galicia se les llama ABAU, en Andalucía PEvAU, en el País Vasco EAU, en Cataluña, Canarias y la Comunidad Valenciana PAU, y en Baleares PBAU.

Estas diferencias van más allá de la nomenclatura. Los temarios varían, con una parte autonómica y otra estatal. Los criterios de corrección, el nivel y las facilidades otorgadas también difieren entre regiones. Incluso los períodos históricos estudiados varían significativamente. Mientras que en Cataluña se abarca desde 1875 hasta 1986, en otras regiones como Canarias, Cantabria, Navarra, Asturias, Castilla-La Mancha o Baleares solo se incluyen los siglos XIX y XX. En Madrid, Aragón y Andalucía se inicia en el Paleolítico; Extremadura en los tartesos, y Murcia y Castilla y León en los romanos. Galicia ha eliminado la Prehistoria y la Edad Media para incorporar nuevos temas relacionados con la mujer en distintas etapas históricas, el feminismo, los movimientos antiglobalización y la colonización.

El estudio compara la estructura de la prueba, bloques de contenido, criterios de corrección, opcionalidad y nivel de exigencia, entre otros aspectos, de las diecisiete pruebas de acceso a la universidad.

"El sistema actual de elaboración de las pruebas de selectividad no es el idóneo para garantizar el acceso en igualdad de condiciones en todas las universidades del distrito único universitario español" porque no refleja el nivel de asimilación de competencias y contenidos, una misma calificación no equivale al mismo nivel de conocimientos y competencias; y porque facilita notas superiores al nivel real de alumno y permite ventajas competitivas, puede leerse en las conclusiones del análisis.

Asimismo, "en cada comunidad autónoma los mismos bloques de contenidos obtienen, en el conjunto de la prueba, distintos porcentajes de puntuación" y las pruebas "no abarcan todos los bloques de contenidos exigidos por la normativa", por lo que "gracias a una alta opcionalidad" el alumno puede seleccionar apartados y dejar sin estudiar contenidos.

El estudio también apunta que se puede obtener "la más alta calificación" sin dominar "uno o varios bloques de contenido" y que la opcionalidad que establecen las autonomías "es determinante en la calificación final" y que también "puede provocar la sobrerrepresentación o infrarrepresentación" del "dominio real" que el alumno tiene de los bloques.

Si se miran las estadísticas del informe PISA del Ministerio de Universidades de años anteriores, se revela que los alumnos de Castilla y León y Madrid, a menudo forzados a buscar opciones fuera de su región debido a las elevadas notas de corte en las titulaciones más demandadas, muestran un desempeño destacado en la fase general de la EBAU. Con una media de 7,2 puntos, estas regiones se sitúan en lo más alto junto con el País Vasco, Murcia y Cantabria.

Sin embargo, Extremadura se encuentra en una posición intermedia con una nota media de 7, seguida de cerca por Andalucía, con un 6,9, la misma puntuación que el promedio nacional. Sorprendentemente, Canarias desciende a 6,8 puntos en esta escala de evaluación. Es decir, que regiones como Andalucía, Canarias y Extremadura, a menudo catalogadas con los peores resultados en esta evaluación internacional, muestran un destacado porcentaje de sobresalientes en Bachillerato. Aunque sus estudiantes no alcanzan las notas medias más altas en la fase general de la EBAU, logran las calificaciones más altas en la puntuación de acceso a las titulaciones universitarias.

Sin pautas de uniformidad

La Escuela de Todos expresó su preocupación por la falta de uniformidad en los criterios de corrección de la EBAU, señalando que estos varían considerablemente entre comunidades autónomas. Se lamenta que la manera en que se penaliza o premia a los estudiantes difiere de una región a otra, y que los enunciados en asignaturas como Lengua Castellana y Literatura e Historia de España son radicalmente distintos. Además, se destaca que el número de preguntas en estas materias varía enormemente según la región, lo que dificulta la comparación de las notas obtenidas por los alumnos.

En consecuencia, la falta de homogeneidad en las pruebas dificulta la homologación de las notas entre distintas comunidades autónomas. Se critica que la elaboración de las pruebas no sigue pautas de uniformidad ni garantiza la igualdad de oportunidades para todos los estudiantes. Esta falta de coherencia en la elaboración de las pruebas, según la Escuela de Todos, puede fomentar la inflación calificadora y generar privilegios competitivos para los alumnos de algunas comunidades autónomas sobre otros.

Ana Losada, de la Plataforma Escuela de Todos, señaló que las disparidades en los criterios educativos se hacen evidentes incluso en el horario de la materia de Historia. Mientras que los alumnos de Andalucía, Cantabria, Castilla y León, Ceuta y Melilla, Extremadura, Madrid y Murcia disfrutan de cuatro horas lectivas semanales, en el resto de regiones solo tienen tres. Esto coloca a estos últimos en una posición de desventaja desde el principio, ya que tienen menos tiempo para profundizar y completar un temario que el Ministerio establece en cinco bloques y 12 temas.

Losada también expresó su preocupación por los diferentes criterios de evaluación que imponen algunas comunidades autónomas, como Cantabria, así como las diversas penalizaciones que aplican seis regiones por errores ortográficos. Destacó que en Cataluña se estudian solo seis de los 12 temas establecidos por la orden ministerial, lo que representa el 50% del temario. Por otro lado, un alumno del País Vasco podría obtener un diez estudiando solo el 14% del temario, mientras que en Murcia sería el 17%, en Castilla-La Mancha el 38%, y en Asturias el 41%.

Losada subrayó que, debido a estas disparidades, un alumno con el mismo nivel de conocimientos podría obtener una buena calificación en una comunidad autónoma, aprobar en otra y suspender en otra más. Además, resaltó que la Comunidad Valenciana, el País Vasco y Cataluña no evalúan más del 70% de los contenidos establecidos por el ministerio, lo que significa que los estudiantes podrían impugnar las pruebas, ya que se trata de un sistema único.

El estudio también abordó las pruebas de la EBAU de Matemáticas II del pasado junio, consideradas como "las matemáticas fuertes para los estudios STEAM", realizadas por Joan Font y José Miguel Velasco. Font, profesor de la Universidad de las Islas Baleares, señaló que "12 comunidades autónomas cumplen con la orden ministerial, ya que todos los bloques representan entre el 20-30% de la nota (hay cuatro bloques en la normativa)". Sin embargo, en cinco comunidades autónomas se incumple de manera flagrante, incluyendo a Andalucía, Aragón, Castilla-La Mancha, Cataluña y Navarra.

Font comparó que "en Andalucía y Navarra, un alumno puede obtener un diez estudiando solo uno de los bloques, mientras que en Castilla-La Mancha tienen que estudiar tres de los cuatro bloques". Esto subraya las discrepancias significativas en los criterios de evaluación entre las diferentes regiones, lo que podría impactar en la equidad y la justicia en el proceso de evaluación de los estudiantes.

También, otro de los autores del estudio, Julián Ruiz Bravo comparó la EBAU con un "kaleidoscopio", destacando que, aunque el Ministerio establece tres bloques y para obtener un diez "se deben estudiar los tres" (cada uno con al menos un 30% de la nota asignada), solo algunas autonomías respetan estos porcentajes, como Aragón, Cantabria, Castilla y León y Extremadura.

Ruiz Bravo señaló que esta prueba se convierte en "exámenes a la carta" debido a la alta opcionalidad, lo que resulta en una "infra o sobrerrepresentación de contenidos". Esto lleva a que algunas regiones recurran a "trucos" para permitir a los estudiantes obtener mejores calificaciones. El estudio sugiere que solo con saber un bloque se puede aprobar, con dos se puede alcanzar un ocho e incluso un diez, y algunas comunidades, como Asturias, Galicia y la Comunidad Valenciana, son destacadas por buscar atajos para ayudar a los estudiantes a obtener mejores calificaciones, seguidas de cerca por Canarias, Cataluña y Madrid.

Por su parte, Iván Teruel, quien señaló que, en Extremadura, cinco errores ortográficos pueden resultar en la suspensión del examen, incluso si se obtiene un nueve en contenido. Castilla-La Mancha y Murcia también son consideradas "bastante duras" en la penalización por errores de ortografía, aunque sin una proporcionalidad clara, ya que penalizan igualmente "con cinco fallos o con 26".

¿Qué diferencias hay este curso?

Durante todo el mes, los jóvenes que aspiran a ingresar a la universidad se enfrentarán a estas pruebas. Sus resultados, junto con la media obtenida en Bachillerato, determinarán si logran acceder a la carrera deseada o no. Este proceso de selección es crucial en el camino hacia la educación superior y, por lo tanto, es fundamental abordar las preocupaciones sobre su equidad y coherencia.

Para este curso, la Selectividad está experimentando también importantes modificaciones este año en España, anticipando la introducción de una nueva versión en 2025. Estos cambios afectan tanto la parte obligatoria, conocida como Calificación de Acceso a la Universidad (CAU), como la parte voluntaria, que permite a los estudiantes mejorar su nota.

En la parte obligatoria, los estudiantes se enfrentan a cuatro o cinco exámenes, dependiendo de si residen en comunidades con lengua cooficial. Se evalúan materias comunes y específicas de segundo de Bachillerato. Una novedad importante es la opción entre Historia de España o Historia de la Filosofía, brindando flexibilidad a los estudiantes. Además, se incorpora la evaluación de ortografía y presentación, que representa hasta un 10% de la nota total, resaltando la importancia de habilidades escritas y de presentación.

La CAU se determina ponderando un 60% la nota media normalizada de 1º y 2º de Bachillerato, y un 40% la calificación de las pruebas obligatorias, buscando una evaluación equitativa y completa. Se permite solicitar hasta tres revisiones, lo que ofrece más oportunidades de corrección. Además, algunas materias tienen una ponderación de 0,2 según su relevancia para los estudios universitarios deseados, permitiendo a los estudiantes enfocarse en áreas específicas de interés para optimizar su puntuación.

Para acceder a la universidad, es necesario obtener una nota media igual o superior a 5 puntos en la parte obligatoria de los exámenes. La fórmula para calcular esta nota media es: (0,4 x EvAU) + (0,6 x CFB) ? 5, donde EvAU representa la puntuación obtenida en la Evaluación del Bachillerato para el Acceso a la Universidad y CFB es la calificación final del Bachillerato.

La prueba se llevará a cabo entre el 3 y el 13 de junio, comenzando en La Rioja y la Comunidad de Madrid y concluyendo en las Islas Baleares.

En cuanto a la estructura de los exámenes, al menos el 50% de la puntuación de cada uno de ellos se obtiene respondiendo a preguntas de respuesta abierta o semiabierta. Cada materia tiene una única propuesta de examen con varias preguntas entre las que los estudiantes pueden elegir para obtener la puntuación máxima. Aunque el número de preguntas puede variar, los exámenes están diseñados para ser completados en un período de 90 minutos. Estas preguntas pueden ser abiertas, semiabiertas o de opción múltiple, dependiendo de la materia.

En total, hay cuatro pruebas, y en las comunidades autónomas con lenguas cooficiales, se añade una quinta prueba. Cada una de estas pruebas tiene una duración de 90 minutos, con un descanso de 30 minutos entre un examen y el siguiente.