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Estas son las prohibiciones que puede imponer a tu mascota la comunidad de vecinos

Foto: Dreamstime.

elEconomista.es

Es muy frecuente que en las comunidades de vecinos existan mascotas en varias de sus casas. Aunque los inquilinos (salvo que un contrato de alquiler así lo impida) tienen derecho a alojar animales en su casa y, de hecho, llegan a formar parte de la familia, también es cierto que ello no debe importunar al resto de personas que vivan en el edificio.

Aunque de forma progresiva se legisla para aumentar y garantizar los derechos de las mascotas con diferentes leyes como, por ejemplo, la de Bienestar Animal, en paralelo existen normativas que establecen lo que hay que hacer en el caso de que la presencia de animales suponga problemas en una comunidad de vecinos.

La Ley sobre propiedad individual nació como respuesta a la necesidad de dotar de un marco normativo a la convivencia en las comunidades de vecinos, lugares en los que de forma periódica pueden surgir problemas entre propietarios que tienen diferentes causas. Entre ellas, claro está, se incluye el comportamiento de las mascotas.

La clave es el artículo 7 de la ley (puede consultarlo en este enlace), que establece que "al propietario y al ocupante del piso o local no les está permitido desarrollar en él o en el resto del inmueble actividades prohibidas en los estatutos, que resulten dañosas para la finca o que contravengan las disposiciones generales sobre actividades molestas, insalubres, nocivas, peligrosas o ilícitas".

Esto quiere decir que los dueños de las mascotas, a los que se garantiza el derecho a vivir con ellas, a su vez tienen la responsabilidad de que la presencia de los animales en el edificio no suponga problemas ni para el resto de inquilinos ni para el mantenimiento de las instalaciones.

Los límites a tu mascota en una comunidad de vecinos

Es por eso que, a través de los estatutos de las comunidades, se pueden establecer ciertas restricciones o limitaciones a los dueños de las mascotas con el objetivo de garantizar la convivencia:

  • Precauciones en los ascensores: en el caso más extremo se puede prohibir el paso de las mascotas por los ascensores por motivos de higiene y, en todo caso, se obliga a los dueños a limpiar el ascensor si el animal lo ensucia y se les podría obligar (por ejemplo, si es un perro) a que la mascota lleve bozal.
  • Ruidos: la comunidad puede llegar a denunciar a un vecino si su mascota causa problemas de descanso por ruidos en casa como ladridos, por ejemplo.
  • Limitaciones en las zonas comunes de la comunidad: en algunos casos se puede prohibir el acceso de las mascotas a las zonas comunes del edificio. Por ejemplo: jardines, piscinas...