En España la educación financiera sigue sin ser una prioridad política
- Pese a su importancia todavía no se enseña de manera obligatoria
- Sería necesario que también los docentes contaran con la suficiente formación
Isabel M. Gaspar
España se sitúa entre los países de la Unión Europea líderes en competencias financieras; La educación financiera pasa a ser obligatoria en España; Los españoles consideran que sus conocimientos sobre finanzas son elevados... Todos estos posibles titulares siguen sin ser una realidad en nuestro país. Pese a que se han hecho ciertos avances, lo cierto es que la realidad no ha cambiado demasiado.
Los españoles seguimos sin tener un desempeño suficiente en lo que a nuestra economía se refiere. Como ponen de manifiestos estudios como los del Observatorio del Ahorro Familiar, un 44% de la población española encuestada no comprende conceptos como el interés, la inflación o el riesgo de no diversificar, o sólo un cuarto de los hogares españoles afirma llevar algún tipo de planificación financiera a futuro del hogar. O lo que es lo mismo: el 75% de las familias no cuenta con una planificación financiera de la economía doméstica.
Esta relación con la economía no deja de ser sorprendente teniendo en cuenta que prácticamente durante toda nuestra vida tenemos que tomar decisiones relacionadas con el dinero. Como destaca Miguel Alba, partner de Comunicación Corporativa y Financiera de Kreab, "resulta extraño que una persona pueda asesorarse para la compra de un coche, visitando varios concesionarios, informándose en revistas especializadas, preguntando a conocidos que puedan saber del mundo del automóvil y, sin embargo, acuda a firmar una hipoteca al notario sin tener un mínimo conocimiento del proceso o un asesoramiento de los términos y condiciones que aparecen en el contrato hipotecario". A lo que añade que "no toda la sociedad debe conocer qué es un derivado, para qué sirve un Coco o la estrategia a corto en bolsa, pero sí es necesario tener determinados conocimientos básicos sobre qué es un tipo de interés, qué opciones de ahorro existen, o simplemente conocer la diferencia entre una hipoteca fija, variable o una cláusula suelo o techo".
Miguel Alba: "Resulta extraño que una persona pueda asesorarse para la compra de un coche y, sin embargo, acuda a firmar una hipoteca al notario sin tener un mínimo conocimiento"
Uno de los principales déficits que presenta España frente a otros países es que la educación financiera no es una prioridad política y, por tanto, no se llevan a cabo medidas de impacto.
"La educación financiera es un tema de primer orden, que afecta profundamente al conjunto de los ciudadanos y a la sociedad en general, pero que, sin embargo, no es una prioridad política en España. Por eso no hay un currículum de educación financiera oficial para centros educativos, a excepción de aquellos alumnos que eligen alguna optativa de economía que tienen el privilegio de adquirir algunos conocimientos financieros. Así, no es extraño constatar los bajos niveles de educación financiera que tiene España", remarca Blanca Narváez, directora general de Fundación Mutualidad Abogacía.
Algo en lo que coincide Victoria Torre, responsable de Oferta Digital de Self Bank: "Hoy por hoy no existe una educación financiera como tal. En el bachillerato se estudian algunas asignaturas de economía general y economía de la empresa, que podrían ser útiles para aquellos que vayan a decantarse por estas ramas en sus estudios universitarios. Pero el problema es que estas asignaturas se enfocan desde un punto de vista teórico, lo cual hace que sólo interesen a un número muy reducido de alumnos".
Blanca Narváez: "La educación financiera es un tema de primer orden, que afecta profundamente al conjunto de los ciudadanos pero que, sin embargo, no es una prioridad política en España"
Por su parte, Cristina Tomás, vicedecana de Programas Executive en EAE Business School, secunda que "la escuela está enfocada al aprendizaje de conocimientos teóricos, pero no prepara a los niños para la vida en general".
De hecho, cabría preguntarse si los propios formadores, los profesores, están preparados para enseñar a sus alumnos educación financiera. Por tanto, no se trataría sólo de incluir la formación financiera en las diferentes etapas escolares, sino en la capacitación del profesorado. Según la OCDE, los adultos que han recibido educación financiera a una edad temprana son más capaces de manejar sus recursos financieros que aquellos que no la recibieron.
Cristina Tomás: "La escuela está enfocada al aprendizaje de conocimientos teóricos, pero no prepara a los niños para la vida en general"
"Es imprescindible tener cierta cultura financiera, no es necesario que toda la población sea experta en materias económicas y de empresa, pero sí es necesario que sepa desenvolverse a nivel personal en cuestiones del día a día que tienen calado económico: interpretar una nómina, saber qué cuestiones se tienen que tener en cuenta a la hora de firmar una hipoteca, saber la diferencia entre hacer pagos con una tarjeta de débito o hacerlo con una de crédito...", explica Sara Argüello, secretaria general técnica del Consejo General de Economistas.
No en vano, en periodos agitados económicamente, como el actual, los ciudadanos formados toman mejores decisiones. De ahí que los países con una buena educación financiera sean capaces de afrontar de mejor forma las crisis. "En tiempos convulsos y recesivos se hace más necesaria la educación financiera como pilar básico para controlar gastos, presupuestos familiares, que el ahorro siga siendo una posibilidad y que las ganas de obtener ganancias no deriven a la población a acometer inversiones en las que puedan ser víctimas de engaños y fraudes. Todos estos argumentos deben ser motor de cambio de mentalidad y conciencia de la necesidad de tener una cultura financiera básica", indica Joaquín Danvila, responsable del departamento de Formación y Desarrollo digital del IEB.
Las consecuencias
Obviamente, la falta de educación financiera tiene consecuencias en muchos aspectos de la vida. Por ejemplo, en un menor progreso económico: "La formación y el apoyo a nuevos talentos y la educación financiera son dos labores imprescindibles en pleno siglo XXI que siempre deben ir vinculadas a la divulgación informativa, pues constituyen un tándem insuperable para el crecimiento y desarrollo de los futuros profesionales de nuestro país. La desventaja se traduce en menor talento y crecimiento económico", sostiene Joaquín Danvila.
Joaquín Danvila: "La formación y el apoyo a nuevos talentos y la educación financiera son dos labores imprescindibles en pleno siglo XXI"
En este sentido, para Miguel Alba la falta de conocimientos financieros que arrastra España queda patente en que "somos un país con un menor grado de emprendimiento que otros de la eurozona. Para emprender se necesita una serie de conocimientos que ayudan a tomar decisiones y tener una buena base de conocimientos financieros amplifica el horizonte".
Además, Victoria Torre remarca que la salud financiera impacta de lleno en aspectos que no son puramente económicos: "la falta de educación financiera puede terminar repercutiendo en otros ámbitos de nuestra vida; si tenemos problemas financieros, nuestras preocupaciones aumentarán y nuestra estabilidad emocional y familiar se verán resentida. Y, a la larga, será un impacto en nuestra salud (estrés, ansiedad, depresión...)".
Como demuestra un estudio del Observatorio del Ahorro Familiar, España se incluiría en el grupo de países con hogares más vulnerables en términos de ahorro financiero, mostrando una resiliencia inferior a la de países como Alemania o Bélgica, aunque mayor a la de Italia y Portugal. Para Sara Argüello, la educación financiera "debe ser una labor muy didáctica y formativa. En España, al estar las finanzas tan bancarizadas, ha hecho que se deleguen y no se tomen decisiones de inversión debidamente fundamentadas. En este sentido, el asesoramiento financiero si es una herramienta fundamental en esta cuestión, pero no sólo eso".
Victoria Torre: "Hoy por hoy no existe una educación financiera como tal"
Por ahora, como expone Blanca Narváez, en España "estos conocimientos (financieros) se adquieren por iniciativa de docentes y centros educativos y, sobre todo, de manera informal en el contexto familiar, y a través del aprendizaje individual de forma parcial y desestructurada. Tenemos la esperanza de que la comunidad educativa sea sensible a este nuevo marco de competencias y conocimientos y movilice al profesorado para mejorar esta capacidad tan esencial para la población y que tendría solución desde la educación".
Por su parte, Sara Argüello destaca que "cada vez, y de manera muy desafortunada a nuestro parecer, van eliminando contenidos básicos de economía (ya no decimos nada de empresa) en los distintos itinerarios formativos. Sabemos que los currículos están muy ajustados, pero precisamente la economía no puede pagar el pato".
Países que hacen los deberes
Hay muchos países que se toman enserio la educación financiera y, por ello, promueven activamente su difusión. Como ejemplifica Cristina Tomás, "muchos países europeos imparten educación financiera en la primaria, como Francia, Reino Unido, los países escandinavos. Además, en estos últimos, se trabaja con proyectos colaborativos que es una forma muy adecuada de que los niños adquieran cultura económica y financiera, y sepan desde pequeños cómo manejarse en el mundo de los negocios y las empresas. Y por supuesto, están mucho más preparados para la vida".
Sara Argüello: "Sabemos que los currículos están muy ajustados, pero precisamente la economía no puede pagar el pato"
Si bien en los últimos años la educación financiera en España se ha colado en las aulas, lo cierto es que lo ha hecho a través de asignaturas optativas, dejando así fuera de esta formación a los alumnos que no las elijan. El informe ¿Por qué educar en economía familiar y empresarial?, de PwC y la Fundación Contea, refleja que la jornada escolar española presenta la mayor duración y, por tanto, cuenta con el tiempo suficiente para ofrecer una formación de calidad. Pese a ello, dedica muchas menos horas a la educación económico-financiera (EEF) frente a países como Reino Unido.