El sector de la flor cortada lanza un SOS tras perder más de 200 hectáreas de plantación
- Con una trayectoria de medio siglo los agricultores piden ayuda para afrontar los altos costes de producción
Marta Ramos
Los cementerios andaluces se llenan de visitas en estas fechas, la tradición de acicalar los nichos de los seres queridos de cara a la celebración del Día de Todos los Santos y Los Difuntos pervive ante la vanguardia de las fiestas de Halloween.
Una costumbre que también lleva aparejada un importante impacto económico, y es que el sector de la flor cortada acumula en estos días entre el 30% y el 35% de su facturación anual, un respiro para unos agricultores que aún no han logrado recuperar la normalidad tras la pandemia.
Con medio siglo de historia, arraigado sobre todo en la costa noroeste de Cádiz y en el Bajo Guadalquivir de Sevilla, la flor cortada atraviesa ahora uno de sus momentos más complicados, tras haber perdido más de la mitad de la superficie cultivada.
A principios de los 2.000 solo en Cádiz había unas 1.200 hectáreas de cultivo de flores, cuando comenzó la pandemia quedaban 400, de las que vivían unas 4.000 familias; y ahora tres años después solo ha sobrevivido la mitad de ese terreno plantado. En la parte de Sevilla ha la situación es la misma, de las 80 hectáreas que se trabajaban en 2020 ya quedan menos de 50.
El 40% por ciento de los agricultores se ha visto obligado a dejar el sector en los últimos dos años. "Algunos no se fían por la incertidumbre, otros porque no han logrado conseguir financiación y otros han decidido dedicarse al cultivo de hortalizas ya que es algo más barato y tiene más garantías de venta. Las flores hay veces que no se veden, en las épocas de crisis e incertidumbre pasan a un segundo plano", comenta a elEconomista Luis Manuel Rivera, responsable de Flor Cortada de COAG Andalucía.
Las imágenes de montañas de flores acumuladas en los invernaderos en la primavera del 2020 marcaron el inicio de unos años duros, detrás llegaron la guerra de Ucrania, la huelga del transporte y el desorbitado incremento de precios derivado de la incertidumbre internacional.
"Es un cultivo super intensivo y los costes de producción se han disparado. Antes un saco de abono nos costaba 30€ y ahora cuesta 60€, los plásticos para los invernaderos rondaban los 0,70 el metro y ahora pasan de 0.95 y los suministros no paran de subir", lamenta Rivera.
Un escenario complejo que ha puesto en jaque a uno de los principales motores económicos de una zona duramente marcada por el desempleo. "Una hectárea de flor cortada genera el mismo empleo que 5 hectáreas de hortalizas bajo plástico", explica el representante de los agricultores, destacando el peso del sector como fijador de la población.
Un sector clave en peligro
Ante esta situación, los agricultores han puesto en marcha una campaña para concienciar a la población y aumentar las ventas de flores frescas, tanto en estos días como en el resto de celebraciones del año y además han lanzado un SOS a las administraciones para exigir ayudas que salven al sector.
"Detrás de cada ramo de flores está el empleo y el sustento de muchas familias. Estamos pidiendo apoyo a los ayuntamientos, la Junta de Andalucía, el Gobierno Central y Unión Europea, necesitamos saquen una línea de ayudas directas para la flor cortada porque el sector se pierde, en 20 años han desaparecido 1.000 hectáreas, el futuro es muy dramático. Necesitamos ayuda para seguir produciendo y que los agricultores que se han ido vuelvan, que la gente se quede en sus pueblos", advierte el portavoz de COAG.
Las ventas durante los días de Los Santos y Los Difuntos marcarán el año de estos agricultores que están produciendo durante los 12 meses. El crisantemo ha vuelto a ser la flor más demandada para engalanar los nichos en Andalucía, la baja oferta ha aumentado ligeramente su precio, mientras que en otras variedades ha ocurrido al contrario y los agricultores han tenido que vender su cosecha aún más barata que el año pasado, a pesar del aumento de costes de producción.
Uno de los aspectos clave del sector es la exportación, hace unos años el 60% de la producción se vendía fuera de España, pero la cifra está aumentando considerablemente. Empresas holandesas están apostando por Andalucía para plantar las flores que luego venden por todo el mundo, y es que, a pesar del aumento de precios, los costes aquí siguen siendo considerablemente más bajos.
"Tenemos muy buenas tierras, experiencia y buenos agricultores, además les sale más barato producir aquí. Aún no sabemos como nos afectará esto, hay invernaderos que se plantan solo para holandeses, por lo tanto, hay menos oferta y la misma demanda y podrían subir los precios. También se dan casos de flores que se van a Holanda, se subastan allí y vuelven a venderse aquí, pero más caras", concluye el representante del sector.