El sindicato Stopel aspira a convertirse en fuerza mayoritaria en Opel España para defender el empleo de calidad
- Las elecciones sindicales tendrán lugar el próximo día 27 de octubre
- Los vehículos eléctricos precisan un 25% menos de mano de obra
- Se marca el objetivo de revertir el modelo productivo de "contratos basura" y "chantaje"
elEconomista.es
Zaragoza,
El Sindicato de Trabajadores de Opel (Stopel) irrumpió en el comité de empresa en las anteriores elecciones sindicales con tres delegados sindicales y, ahora, aspira a convertirse en fuerza mayoritaria.
Y, con este objetivo y de cara a las próximas elecciones sindicales en la planta de Figueruelas (Zaragoza) el 27 de octubre, Stopel ha preparado una candidatura con el objetivo de garantizar condiciones laborales "dignas y de calidad" a los trabajadores, además de abogar por un control riguroso de las ayudas públicas "frente a la carta en blanco firmada por UGT y CCOO durante estos años al frente del comité de empresa", explican.
Para el sindicato, estas elecciones son clave porque se trata de "un momento crucial", ya que el actual convenio vence con el año y se prepara la sustitución de los modelos que actualmente se fabrican.
Stopel se presenta a estas elecciones sindicales con un programa que ha presentado hoy y que definen como "claramente diferenciado", además de tener como aval "la experiencia de haber demostrado que somos el único sindicato que protege a una plantilla cada vez menor y más precaria desde el único lado posible: negociando un convenio digno, sin imponer nada, y defendiendo el trabajo de calidad frente a lo que están instaurando".
El sindicato, que resume sus propuestas en el objetivo de un "futuro digno" para la factoría y todos sus trabajadores, ha destacado que la nueva lista electoral cuenta con 76 nombres (el mínimo es de 26 y se eligen 31 miembros del Comité de Empresa entre operarios y técnicos), lo que supone el doble que en la anterior elección. El sindicato concurre con el lema "Juntos somos más fuertes".
El sindicato reclama un nuevo modelo productivo que cuide de los trabajadores como el mayor activo para lo que inciden en el papel de las instituciones públicas, condicionando las numerosas ayudas directas e indirectas, "que no dejan de conceder para mantener la producción o que lleguen nuevos modelos, a que también favorezcan a los empleados directos y a los de las empresas auxiliares, ya que se ha demostrado que la deslocalización es una de las causas de los problemas que padece el sector".
Opel España obtuvo en 2021, en su primer año como parte de la nueva sociedad Stellantis, unos beneficios de 62 millones de euros, el 90% más que el año anterior, pese a que la producción cayó un 14% y la cifra de coches salida de la cadena, 321.000, es la más baja en siete años. Esta paradoja se explica porque "la plantilla no ha dejado de reducirse, los trabajadores han perdido primas y complementos y se han empeorado sus condiciones laborales. Como muestra, desde 2018 los salarios ni siquiera se han actualizado con el IPC", añaden.
El sindicato también incide en que la pandemia sanitaria y la actual crisis han servido para "rebajar más aún" las condiciones de los empleados (aumento de la contratación precaria, mayores ritmos de trabajo, organización just in time...) "La búsqueda de la empresa de cada vez mayores beneficios también se refleja, según el sindicato aragonés, en el deterioro de la seguridad y la higiene laboral. Nos obligan a trabajar en condiciones inhumanas, a más de 30 grados, y hay sitios como los servicios y vestuarios mugrientos, en los que la higiene brilla por su ausencia total".
Para Stopel, el sector automovilístico en España no puede basarse en un modelo de trabajadores precarios y a plena disponibilidad, ni la lucha sindical puede limitarse simplemente a velar por el número de puestos de trabajo frente a la amenaza de desmantelar las plantas, "eso ya no funciona y al final solo se facilita el cierre de las plantas con costes mínimos".
Medidas
En el marco de su programa de acción, Stopel exige la participación de los trabajadores en la distribución de las ganancias y mayor control del dinero público para mantener un sector industrial puntero, centrado en los vehículos de gama alta, y con empleo de calidad. Una cuestión que resalta como prioritaria, ante los radicales cambios que van a suponer la producción exclusiva de vehículos eléctricos, que los directivos de la compañía han anunciado para 2028. Según algunas estimaciones, necesitan un 25% menos de personal "por lo que las ayudas para la reconversión deben pasar por los trabajadores".
Las previsiones, todavía sin confirmación oficial por la empresa, son que la factoría zaragozana seguirá concentrando la producción del Opel Corsa, pero que en 2023 se trasladará a Eslovaquia la del Opel Crossland y la del Citroën C3 Aircross. Con el anuncio de un nuevo modelo eléctrico, se apuntan como sustitutos, el Peugeot e-228 y el Lancia Ypsilon, pero "con incógnitas sobre qué versiones, con qué volumen de trabajo y su éxito comercial".
"El futuro de esta factoría depende de los gobiernos con sus subvenciones millonarias, por lo que deben estar condicionadas a acabar con la precariedad laboral y reforzar el empleo de calidad y el Comité tiene que negociar cómo se trabaja", señala.
Sobre este aspecto, los candidatos han criticado que en los últimos tres años, el Gobierno de Aragón haya concedido 12 millones de ayudas a fondo perdido, 4 millones por ejercicio, a Opel para sus proyectos empresariales sin ninguna exigencia de mantenimiento de empleo. Además, recientemente también se ha anunciado que habrá una "mejora sustancial" en las ayudas a la compañía para la transformación hacia la electromovilidad de los fondos europeos PERTE (Proyectos Estratégicos para la Recuperación y Transformación Económica). La primera cifra anunciada, que podría aumentarse, es que el fabricante y sus socios recibirán 42,47 millones, "un dinero que debe ser supervisado escrupulosamente, ya que solo el máximo responsable de la empresa, Carlos Tavares, cobró el año pasado un total superior a esa cantidad".
Los sindicalistas de STOPEL han recordado que justo ahora la factoría de Figueruelas cumple 40 años, aunque han matizado que se trata de una fecha "con muy poco que celebrar cuando se ha impuesto un modelo productivo de contratos basura y chantaje".
Evolución en el empleo
La fábrica, que llegó a contar en el año 2000 con 10.000 trabajadores, tiene ahora una plantilla de 5.000, que aún pueden reducirse cuando este año acabe el ERTE en vigor y situarse en 3.900 en 2024. También han apuntado en 2022 las pérdidas de turnos y la producción en el primer semestre que ha caído un 3%.
El sindicato independiente también ha denunciado hoy la connivencia entre la dirección de la empresa y los representantes de CCOO y UGT, como se puso de manifiesto en la reunión mantenida el pasado viernes con la ministra de Industria, Reyes Maroto, en la que se vetó la presencia de Stopel, apuntan desde este sindicato.