Ucrania declara la guerra cultural a Rusia
- El Gobierno ha aprobado un veto severo a la música y los libros rusos
Daniel Lara
Ucrania busca romper los escasos vínculos que quedan entre su nación y Rusia cuando están a punto de cumplirse los cuatro meses desde el comienzo de la invasión. Este domingo, el parlamento ucraniano ha aprobado unas duras restricciones contra el aparato cultural de Vladimir Putin, concretamente contra su producción musical y literaria.
Ucrania ha decretado ilegal la importación de libros desde Rusia, Bielorrusia o los territorios ocupados, así como la introducción de libros en ruso, incluso aunque provengan de un tercer país. Igualmente, ha prohibido a las editoriales ucranianas imprimir libros escritos por autores rusos, a no ser que estos soliciten la nacionalidad ucraniana.
Esta ley no se aplicará a los autores clásicos ni a muchos de los contemporáneos, ya que solo recaerá sobre aquellos escritores que mantuviesen la nacionalidad rusa tras la caída de la Unión Soviética en 1991.
Por otra parte, el Gobierno de Ucrania ha decretado la prohibición de reproducir música creada por autores rusos en el transporte público. De nuevo, solo se aplicará a los ciudadanos rusos con nacionalidad posterior a 1991. Además, el Ejecutivo se ha comprometido a dar más peso a la lengua ucraniana y a la música ucraniana en la radio y la televisión.
"Las leyes están pensadas para ayudar a los autores ucranianos a compartir contenidos de calidad con el mayor público posible, que después de la invasión rusa no acepta ningún producto creativo ruso en el plano físico", ha dicho el Gobierno en un comunicado recogido por Reuters. El ministro de cultura del país ha dicho que "está orgulloso" de que se haya aprobado esta medida.
El veto a la música rusa y a su literatura contemporánea es un paso más del Estado ucraniano de separar a su sociedad de la cultura del país vecino, con quien ha estado unido por lazos históricos durante siglos.
Cientos de enclaves en Kiev, la capital ucraniana, han sido ya rebautizados para desprenderse de su asociación con Rusia, y un monumento de la era soviética que celebraba la amistad de los pueblos ucraniano y ruso fue derribado en abril, provocando los vítores de la multitud reunida, según Reuters.