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Este chef ucraniano utiliza su cadena de restaurantes para alimentar al ejército

  • Desde el inicio de la guerra ha servido más de 150.000 comidas
  • Seis de sus restaurantes han sido destruidos por los bombardeos
El chef Dmytro Vorysov. Foto: Facebook

elEconomista.es

Desde hace más de dos meses, el chef Dmytro Borysov ha cambiado la clientela de sus 80 restaurantes repartidos por toda Ucrania.

Algunos de los locales incluso han desaparecido del mapa debido a los bombardeos rusos, pero los que aún funcionan sirven ahora para alimentar a los soldados ucranianos que repelen a las fuerzas de Vladimir Putin.

"En el primer día de guerra preparamos unas 600 raciones", explica el cocinero en una entrevista con Bloomberg. "Ahora hacemos entre 3.000 y 3.500 al día, y durante este tiempo hemos servido más de 150.000".

A través de su perfil de Facebook, el empresario de 41 años explica el día a día de coordinar una campaña de alimentos en un país parcialmente arrasado. Los soldados se encargan de suministrar diariamente a las cocinas con alimentos que llegan de los agricultores locales o de las ONG extranjeras, y ellos les entregan a cambio paquetes de comida caliente al vacío para que los transporten al frente y a los hospitales cercanos a la capital.

El menú, según muestra el Borysov, cambia con regularidad, y va desde un estofado de carne con verduras a dorada a la plancha. "El otro día nos llegó una carta de un soldado que nos dijo que soñaba con nuestro shawarma. Los mensajes que nos llegan desde el frente son muy especiales para nosotros", explica el cocinero en la red social.

El entusiasmo del proyecto se ve limitado por la dificultad de operar en un país en guerra, y pese a que la campaña se concentra en la frontera sureste de Ucrania, por el momento solo han logrado reabrir una veintena de sus restaurantes en el país.

De ellos, siete son completamente gratuitos y sirven para atender a militares, enfermeros, y otro personal esencial, por lo que Borysov aprovecha su éxito en redes para pedir donaciones: "Cada uno de esos locales nos cuesta 5.000 dólares al día", comenta.

Parte de ese coste lo cubre World Central Kitchen, la ONG fundada por el famoso chef español José Andrés, que también reparte comida entre la población a través de sus propios equipos de voluntarios y de otros restaurantes ucranianos. Según un comunicado de la semana pasada, ya han dado más de 16 millones de raciones de comida a la población.