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De profesión, colista: así gana casi 200 euros en un día este británico
- Son personas autónomas que hacen cola en lugar del interesado a cambio de dinero
elEconomista.es
Freddie Beckitt es un camarero londinense de 31 años que sueña con ser escritor y que desde hace tres se dedica a cobrar a las personas por hacer cola. Su sueldo es de 24 euros la hora y ha llegado a ganar 192 euros al día. Un negocio redondo tanto para él como para sus clientes, que así evitan las largas filas para poder entrar en algún evento determinado. Todos ganan.
Es cierto que no todo el mundo podría valer para este trabajo, ya que sus dos principales requisitos giran en torno a la paciencia y al frío. Algo que Beckitt sabe llevar bastante bien. "Un día trabajé ocho horas para un trabajo haciendo cola para la exhibición de Christian Dior en el Victoria & Albert Museum para personas que rondaban los sesenta y tantos años", cuenta en The Sun.
Beckitt se anuncia a través de la app Taskrabbit, que permite a los consumidores encontrar ayuda inmediata con cualquier tipo de tarea, como limpieza, mudanza o mantenimiento. No solo se anuncia como colista, sino que también ofrece sus servicios como cuidador de mascotas, mudanza o jardinería. "Me da mucha flexibilidad para ganar dinero y me permite ajustarlo a mi horario para complementar mis ingresos", explica.
Según cuenta, no tiene un único perfil de clientes, ya que pueden variar desde familias jóvenes a jubilados. Su mejor momento es el verano, ya que es el periodo de mayor actividad por la afluencia de grandes eventos y exposiciones. "También hago colas para las compras navideñas y de temporada, pero en los grandes eventos es cuando la gente piensa en mí para así ahorrarse tiempo", confiesa.
Todo está inventado
Esta peculiar actividad no es nada nueva, ya que por ejemplo en España se lleva practicando desde hace muchos años. Un buen ejemplo está en los conciertos, donde los padres contratan a estas personas con el objetivo de que sus hijos no pierdan clase. También ha llegado a las procesiones de Semana Santa. Incluso las grandes empresas ya pagaban desde hace tiempo a personas por hacer cola para resolver sus trámites.
Italia también es foco de estas personas autónomas que hacen cola en lugar del interesado a cambio de una retribución. Por ejemplo, Giovanni Cafaro encontró de esto una profesión, dando cursos para formar a otros trabajadores, en los que explica los principales requisitos de cada administración y organismos. Venezuela es otro país en los que sus habitantes usan esta práctica, como por ejemplo en las largas colas de los supermercados.