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Cómo preparar tu pequeña empresa para la próxima pandemia

    Foto: Dreamstime

    elEconomista.es

    La crisis económica provocada por el Covid-19 obligó a muchos pequeños negocios a echar la persiana para siempre. Otra gran parte del colectivo ha conseguido sobrevivir a duras penas gracias a las ayudas estatales y autonómicas. No obstante, unos pocos autónomos han conseguido convertir esta difícil situación en una oportunidad de negocio gracias a una preparación previa y a una estrategia de cobertura.

    El objetivo debería ser convertir una crisis en una oportunidad. Sin embargo, el profesional debería poder al menos mantener en pie su empresa sin necesidad de las ayudas de la Administración. Hay que tener en cuenta que no tiene por qué haber una pandemia en un futuro cercano, pero los acontecimientos que revolucionan la economía acaecen cada pocos años: un Brexit, una recesión económica o una crisis financiera, entre muchas otras probabilidades. "Habrá un gran evento cada cinco o diez años", dice Dan Crompton, entrenador de pequeñas empresas de ActionCoach UK, a Bloomberg.

    Para poder estar preparado para estos eventos hay que seguir una serie de pautas y estrategias. "El mayor error es no planificar los obstáculos en el camino", señala. Tal y como explica el experto, todo autónomo debería tener en cuenta seis aspectos.

    Priorizar el efectivo en el banco

    La pandemia ha demostrado que aquellos pequeños negocios que no guardan un fondo de efectivo de cobertura para acontecimientos circunstanciales son los más afectados por una paralización de la economía.

    "El efectivo es el verdadero signo de la salud de una empresa", dice Crompton. Muchos de estos pequeños negocios sobrevivieron el tiempo que pudieron aguantar con el dinero que tenían en el banco. Por este motivo, el auditor explica que cada autónomo debería reservar liquidez para sobrevivir un mínimo de tres meses, aunque lo ideal sería guardar efectivo para aguantar entre seis y doce meses.

    Flexibilizar las relaciones empresariales

    El principio de esta norma es flexibilizar los contratos financieros y laborales. Para ello, la mejor opción sería establecer líneas de crédito con los bancos, renegociar los términos de pago con los proveedores, alquilar un espacio de trabajo flexible como un coworking, y reconsiderar la contratación fija de nuevos trabajadores.

    No obstante, hay que tener en cuenta que este aumento de la flexibilidad conlleva un incremento de los costes. Las líneas de crédito y los aplazamientos de pago encarecen la financiación del negocio. Además, la contratación fija acarrea una serie de deducciones y derecho de acceso a ayudas que la temporal no permite.

    Crear un plan de retención del personal

    Uno de los mayores errores que han cometido los autónomos durante esta etapa de pandemia ha sido el despido masivo de personal. Gran parte del colectivo ha tendido a priorizar el recorte de gastos laborales para mantener el volumen de ingresos previo.

    Sin embargo, cuando la economía empezó a repuntar, las plantillas de estos negocios contaban con un nivel de personal básico que no podía hacer frente a la creciente demanda de los clientes, por lo que las oportunidades de crecimiento se estancaron. En este tipo de periodos, los autónomos deberían buscar aumentar su cuota de mercado y, para ello, necesitan empleados.

    Planificar la seguridad financiera de los trabajadores

    Es responsabilidad del dueño del negocio crear una estrategia de cobertura para sus empleados, prepararles para un posible evento catastrófico. El fin es preparar un plan de seguridad financiera para la plantilla, ya que de esta manera será más fácil que hagan frente a unos recortes salariales de emergencia.

    Aumentar la presencia online

    Este problema lleva persiguiendo a los pequeños negocios durante más de una década. Los hábitos de consumo de la población han cambiado drásticamente en los últimos años, pero ya se venía advirtiendo a principios de la década anterior. Al principio, el colectivo tenía la excusa de que digitalizar el negocio suponía un coste inasumible para el autónomo. Sin embargo, los gobiernos también se dieron cuenta hace tiempo de este problema e implementaron un sinfín de ayudas a la digitalización.

    Las asociaciones de autónomos advertían a estos profesionales de que si no adaptaban la empresa a las nuevas tecnologías terminarían por desaparecer. Una vez llegó la pandemia, los que hicieron oídos sordos a estas advertencias fueron los primeros en echar la persiana. El futuro exige la presencia en internet de cualquier empresa y la entrada en el e-commerce de los comercios más pequeños.

    Lanzar productos y servicios de bajo coste y gran beneficio

    Una crisis económica no es el momento para experimentar y lanzar el producto soñado por el emprendedor. En realidad, es un periodo para asegurar ingresos. El objetivo es encontrar aquel producto o servicio que sea fácil de vender y, además, suponga un coste de producción y distribución reducido y un margen de beneficio bastante amplio.