El Supremo de EEUU tumba el último recurso de la era Trump contra la ley sanitaria de Obama
- Dos de los tres jueces nominados por Trump han apoyado la ley
Víctor Ventura
Una década después de la aprobación de la llamada Ley de Sanidad Asequible, los intentos del Partido Republicano por derogarla parecen haber llegado a su fin. Este jueves, el Tribunal Supremo, de amplia mayoría conservadora, votó por 7 a 2 a favor de rechazar el recurso contra esa ley interpuesto por el Gobierno de Texas y apoyado por la Administración Trump. Una sentencia que puede cerrar la puerta definitivamente a la batalla política y judicial contra el texto.
Este último caso se remonta a 2017, cuando la entonces mayoría republicana en el Congreso aprobó la reforma fiscal propuesta por Donald Trump. Una de las cláusulas suponía reducir a cero la multa por no tener cobertura sanitaria, uno de los incentivos del llamado "Obamacare" para que todos los ciudadanos compraran un plan y las aseguradoras pudieran así reducir sus precios.
En respuesta, una decena de estados republicanos, con Texas a la cabeza, presentaron un recurso alegando que esa decisión convertía a la ley en inconstitucional, ya que había sido aprobada usando el poder del Congreso nacional para crear impuestos. Sin ese "impuesto" por no tener cobertura, la ley al completo debía decaer. La fiscalía de la era Trump apoyó esta interpretación, y dos tribunales de Texas la dieron por buena, por lo que el asunto llegó al Supremo.
La sentencia, sin embargo, es bastante dura con los defensores de esta interpretación. El Supremo no entra siquiera a decidir si esta interpretación es válida, sino que se limita a afirmar que, dado que la multa ha sido anulada en la práctica, es imposible que nadie resulte perjudicado por ella, como alegan los denunciantes. Y, concluye, los estados no tienen poder para apelar cláusulas de leyes que, por pura lógica, no van a perjudicar a nadie, como una multa de cero dólares, y mucho menos para intentar tumbar el resto de la ley, que incluye temas que no tienen nada que ver con este asunto, desde la prohibición de cobrar más a personas con enfermedades crónicas a un aumento del presupuesto para sufragar la sanidad gratuita a personas de bajos recursos.
A la tercera va la vencida
En la última década, la ley ya ha pasado por otros dos recursos de inconstitucionalidad. En el primero, que sobrevivió por una exigua mayoría de 5 a 4, el Supremo dictaminó que el Gobierno no podía obligar a los estados a aceptar el presupuesto extra para ampliar la sanidad gratuita, lo que permitió que muchos estados conservadores rechazaran el dinero para extender la cobertura para personas pobres. El segundo se saldó con una mayoría de 6 a 3, sin que cambiara ni una coma, y en este ha aumentado su respaldo, hasta una victoria de 7 a 2, pese a que la mayoría conservadora del tribunal ha aumentado en estos años.
Lo más destacable es que, de los tres jueces nominados por Trump, dos han votado a favor de la ley. Especialmente sorprendente es el apoyo de la magistrada Amy Coney Barrett, que se negó a dar su opinión sobre el caso en las sesiones de confirmación ante el Senado y era una de las que se sospechaba que votaría para derogarla.
En respuesta a la sentencia, el presidente del Senado, el demócrata Chuck Schumer, celebró la decisión y prometió "más medidas para reforzarla" en las leyes de gasto social que presentó el actual Gobierno y que se tramitarán en otoño. Por su parte, la diputada republicana Nancy Mace dijo que "intentaremos buscar soluciones" para cambiar partes de la ley. Pero después del fracaso del intento de Trump de derogarla por completo en 2017, que fue rechazado en el Senado por 51 a 49 votos pese a que los republicanos tenían 52 senadores, todo indica que el 'Obamacare' ha salido ya de la tormenta sin rasguños.