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'Fixies', las bicicletas de los hipster

Son aerodinámicas, ultrapersonalizables, supermodernas y se están propagando como la espuma, son las bicicletas de piñón fijo y sin frenos y reciben el nombre de Fixies. Eso sí, de nuevas no tienen nada: la primera bicicleta se inventó hace 100 años no tenía freno ni marcha.

Montar en una fixie es una experiencia a la que hay que acostumbrarse. Desde luego no tienen mucho que ver con las mountain bike que triunfaban en los 90 o con las plegables que se han visto en los últimos años en las oficinas más progres. La velocidad se reduce aplicando contrapresión en los pedales. Hay que derrapar para bloquear totalmente la rueda trasera y detener rápidamente la bici, una técnica que exige bastante práctica.

Su usa actual surge de la imitación de los mensajeros de ciudades como Londres, Boston o Nueva York, que necesitan bicicletas sencillas y de fácil manejo para moverse por estas urbes. La fixie, a costa de reducir, da como resultado una bicicleta ligera, que puede alcanzar mucha velocidad en muy pocos metros, y sobre todo al gusto del cliente.

Quizás en este punto radique su éxito internacional, en la customización (del inglés 'custom'), y es que lo que menos quiere un moderno es que su bicicleta se parezca a la del otro moderno. Individualismo nivel 100. El ciclista fixie puede cambiar la pintura del cuadro, llantas de perfil ancho, cubiertas estrechas y sillines en infinidad de colores y estampados... la estética retro es sin duda la reina, aunque hay tantos gustos como bicis. De hecho hay tiendas que se dedican exclusivamente a personalizar las fixies, incluso poniendo la cadena de colores.

La moda fixie, como no podía ser de otra manera, viene de Estados Unidos donde hay una auténtica fiebre cicloturista. Estudiantes, artistas, ingenieros o a abogados se suben a sus biciclos para llegar al trabajo en le menor tiempo posible y sin pillar atascos. Ciudades como Londres, Estocolmo y Berlín ya tienen sus clubs de fans, y qué decir de Amsterdam, donde ya no se puede molar más si llevas una fixie.

En España el movimiento va lento, pero va. En Madrid o Barcelona ya hay clubs y tiendas especializadas en fixie y poco a poco se van viendo más por las calles, apoyadas en las cafeterías de Malasaña o en una tienda de discos del Barrio de Gràcia.

Las fixies tienen tantos admiradores como detractores, que no se fían de la seguridad de estas bicicletas pero? ¿quién puede parar esta moda sin frenos?

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