El mundo del vino está cada vez más de moda y buena prueba de ello es el gran interés comercial que ha despertado en los últimos años. Descubre cómo ejercer de sumiller y acertar con cada detalle.

La fiebre del vino ha despertado pasiones allá donde va y cada vez son más los mercados que acogen a las marcas españolas como representación de una de las producciones más prestigiosas del mundo. Un efímero placer cuya degustación representa todo un ritual en el que, cada vez más, impera un protocolo de consumo al que se incorporan nuevos elementos que hacen que su puesta en escena sea todo un éxito.

Decantadores, sacacorchos o aireadores se imponen como instrumentos imprescindibles para que descorchar una buena botella se convierta en el mayor placer de un encuentro. Pero tan importante son estos como catarlos en una copa adecuada, cuya forma y diámetro, siempre de cristal fino y transparente, dependerá del tipo de vino. Borgoña, Burdeos, Chardonay... son algunos de los tipos de copa que deberemos elegir dependiendo de si el vino es joven o reserva, pues las necesidades de oxigenación son diferentes.

Muchas formas de presentarlo pero un único objetivo, que el vino muestre todas sus aromas y sabores para lograr el máximo placer en el paladar.

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