Estamos acostumbrados a grandes hoteles en el centro de las ciudades, a alojamientos cuyos edificios recuerdan a oficinas y hoteles que ofrecen todo su esplendor por dentro, dejando al descubierto su peor cara al exterior y reservándose lo mejor para sus clientes. En Bangalore, la India, unos arquitectos han decidido darle vuelto pensando que lo que es bonito por fuera... También lo tiene que ser por dentro.
Wow Architects, el estudio que ha llevado a cabo el diseño del hotel de la cadena Vivanta by Taj, en Whitefield (Bangalore) ha utilizado el terreno perfecto para llevar a cabo su idea. Situado fuera de la ciudad, a la entrada del Parque Tecnológico, se sitúa esta maravilla, que por su situación y diseño utiliza estratégicamente materiales transparantes para unir interior y exterior sin que el cliente apenas lo perciba. Las limitaciones de altura y el clima de Bangalore, fueron las claves para el diseño del hotel.
El edificio no se sitúa a una sola altura, y las salas se entrecruzan a diferentes alturas, creando una sensación de rascacielos. El diseño también tiene inspiración ecológica, por el techo del edificio más bajo está recubierto de césped, lo que reduce el calor y además, absorbe el agua de la lluvia para poder ser utilizada.
El arquitecto del hotel cuando llegó a este lugar solo vio tres cosas: piedra, hierba y cielo, mucho cielo. Por lo tanto, se inspiraron en estos tres elementos para crear este hotel.
La arquitectura del hotel es uno de los elementos que más especial lo hace. La elección de los materiales y los colores se basan en la naturaleza que rodea el espacio del mismo, unificando mediante grandes cristales, los materiales del interior que la naturaleza del exterior. Está compuesto por 170 habitaciones y 29 suites, un centro de fitness, y restaurantes donde poder disfrutar de la mejor gastronomía. Un oasis a 45 km del aeropuerto y alejando del bullicio de Bangalore.
