Una bala roja surca los raíles que conectan Roma y Milán. Es el nuevo grito de la empresa NTV a cuya cabeza está Luca di Montemezolo, presidente de Ferrari. Una marca con nombre propio en el mundo de la Fórmula 1 que ha saltado de los circuitos para colonizar las vías de tren con este bólido de vagones agranatados -un guiño a la seña de identidad de la firma- que lleva a un nuevo límite la alta velocidad: hasta 360 km. por hora alcanza este titán de las locomotoras.

No en vano su insignia es la de una liebre, símbolo de la rapidez. Aunque el Italo, como han bautizado a la nueva incorporación de la factoría NTV, también cuenta con la solidez, la fortaleza y la seguridad del caparazón de una tortuga.

El viaje entre la capital de Italia y la capital de la moda reduce considerablemente su tiempo de trayecto gracias a este modelo aerodinámico. Pero esta brevedad no ha sido excusa para escatimar en recursos a la hora de diseñar su interior para satisfacer la comodidad y las demandas más exclusivas de sus clientes, lo que ha originado que su coste de producción ascienda a los mil millones de euros. El resultado del equipo de trabajo, dirigido por la experta mano de hierro de Giorgietto Giugiario, es sentarse sobre la tapicería de Poltrona Frau en cualquiera de las tres clases en las que se divide el convoy (Club, Prima y Smart, cuyos precios de billete oscilan entre 45 y 130 euros); disfrutar de la tranquilidad del vagón-relax, donde no se permiten niños ni dispositivos móviles; o embarcarse en un viaje cinematográfico con las proyecciones del coche-cine, equipado con dispositivos audiovisuales que emiten imágenes de alta calidad y envuelven las paredes con sonido de alta definición. También contiene los servicios convencionales: red wifi, pantallas de televisión, ordenador en los asientos con pantalla táctil o servicio de catering con platos cocinados con la mejor pasta italiana.

Para burlar los espacios temporales y convertir un viaje de cientos de kilómetros en un suspiro.