
Cuando nos encontramos nadando en la piscina de uno de los mejores hoteles de Singapur tenemos la sensación de que nos podemos precipitar al vacío en cualquier momento. Esta piscina de 150 metros de longitud se encuentra en lo alto de los tres rascacielos que la sustentan.
Sostenida por tres rascacielos de 55 plantas cada uno, como si de columnas se tratase, la piscina del hotel Marina Bay Sands en Singapur es una de las más espectaculares del mundo. Parece no tener fín y fundirse con el horizonte dejándonos algunas de las vistas más espectaculares de esta increíble ciudad.
Con formas imposibles y una estructura tremendamente original, los edificios de este hotel y su piscina se distribuyen como un auténtico juego de naipes, y así lo quiso expresar el estudio de arquitectos a cargo del diseño, Moshe Safdie, que se inspiró en una baraja de cartas para construir la original estructura que se ha convertido en una de las más caras del mundo.
Sin duda, lo más espectacular de este lujoso resort es su Infinity pool situada en el Sky Park, un recinto al aire libre ubicado en el piso 55 que se convierte en una especie de piscina flotante con bordes 'invisibles' y que con sus 150 metros de longitud ostenta el título de ser las piscina elevada más larga del mundo.
¿Lo mejor? Las vistas desde esta original plataforma nos regalan, sobre todo durante la noche, las mejores panorámicas del skyline de la ciudad. Luces de neón, majestuosos rascacielos y colores naranjas, rojos verdes y fucsias que dibujan las formas de una ciudad ultramoderna.
Pero ésta, aunque si lo más original, no es la única prestación de lujo de este hotel que alberga 2.560 habitaciones y que tiene una capacidad para 3.900 personas. Seis restaurantes, a cargo de los mejores chefs, un centro de arte y ciencia, dos teatros, un centro comercial, un casino y azotea, discotecas y jardines en su skypark es todo lo que puedes encontrar en este curioso hotel.
Desde luego, su interior no desmerece su exterior, pues entre su excéntrica arquitectura, este hotel también alberga un canal de agua en su interior, al más puro estilo veneciano que se puede recorrer en un Sampan, un antiguo bote chino. Eso sí, además de curioso, también es uno de los más caros del mundo, y si quieres hospedarte en él su habitación doble te costará 200 euros por noche y la suite no podrás disfrutarla por menos de 500 euros la noche.