La receta de la eterna juventud ya no es un mito. Se llama bótox y conquista cada día a más celebridades del mundo del espectáculo. Aupado por sus famosas usuarias, las inyecciones menos dolorosas siguen acaparando opiniones encontradas. Y es que la eterna juventud no existe, y ni el mejor relleno dura para siempre.
Una de las consecuencias más perniciosas del bótox es la sensación de inexpresividad que crea en los rostros, algo que afecta muy especialmente a las actrices, cuyo trabajo está basado en la expresión de emociones.
A pesar de esto algunas se arriesgan. Las que no, suelen hacer campaña contra el uso de estas inyecciones, como el activo tridente británico compuesto por las prestigiosas intérpretes Kate Winslet, Rachel Weisz y Emma Thompson.
Legendarias adictas
Al otro lado de la balanza, entre las principales consumidoras de bótox siempre se cita a Nicole Kidman, cuya cara perdió gran expresividad por el abuso de la sustancia, algo que se tradujo en un descenso en su trabajo en cine.
No es la única. Angelina Jolie, Goldie Hawn, Melanie Griffith, Sandra Bullock o Kylie Minogue son otras de las 'adictas' a esta técnica no quirúrgica. Ni siquiera se resisten a ella las más jóvenes, como las gemelas Olsen o Britney Spears. Y entre las pioneras, imposible no recordar a la gran estrella de Hollywood Elizabeth Taylor, que se apuntaba a cualquier nueva técnica de cirugía. Durante su vida pasó por el quirófano para retocarse hasta en 40 ocasiones.
Entre las aficionadas españolas, no faltan a la cita con el bótox Nati Abascal, Belén Rueda, Aitana Sánchez-Gijón, la princesa Letizia, la baronesa Thyssen o Goya Toledo.
También Isabel Preysler o Patricia Botín visitan las clínicas más reputadas para recibir el tratamiento estrella de belleza.
