Coge las maletas, la cámara y un buen sombrero de paja porque nos vamos al corazón de África de la mano de la colección primavera-verano de Louis Vuitton.
Lo vimos sobre la pasarela y ya nos pareció una de las colecciones más sobresalientes, llena de tendencias y buenas ideas, pero es que la campaña ha sido ya la revelación. El fotógrafo Alasdair McLella firma unas imágenes repletas de estilo, con un aire retro-aventurero que nos encanta.
El modelo es Werner Schreyer, una buena elección que encarna el clasicismo de unas prendas eternas, combinadas con alguna mucho más modernas, en un entorno mágico.
El rojo y el marfil se entremezclan a la perfección en la visión más diaria del safari. Prendas holgadas en algodón, lino, seda que contrastan con las chaquetas de piel y los bolsos de cuero, referente de la marca que no se los deja en el hotel para esta campaña.
La noche es de los azules oscuros, más usados que el negro, de las sleepers y de las camisas con cuello Mao. La clave de la elegancia, el ajuste cromático básico usando el blanco roto o marfil como base.
El sport deluxe se muestra relajado en medio de la sabana, por si hay que correr un poco no vaya a ser que los leones se alteren. Cámara en mano, prendas modernas, pantalones con bajo remangado, zapatillas deportivas, gafas de sol ultramodernas...
Presencia obligada del tejido tartán (cuadro escocés) que se usa en azul y rojo, uno de los fetiches del director creativo de la firma, el americano Marc Jacobs, que no se olvida de incluir tampoco el estampado 'Driver', como recién salido de las carreras de Indianápolis.
Un lujo práctico, para la aventura de cada día, para la selva urbana que nos trae a la mente las grandes expediciones del s.XX por el continente africano.
