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¿El whisky también se come? Sublimotion lo consigue en su menú de 1.650 euros

"Saca el güisqui cheli para el personal, que vamos a un guateque... Llévate el casete pa poder bailar, como en una discoteque..." Es sin duda una de las canciones de cada verano y quizás la banda sonora que escuchaba el chef Paco Roncero (2 estrellas Michelin y tres Soles Repsol)cuando pensaba en cómo afrontar la tercera temporada de Sublimotion, el primer espectáculo gastronómico del mundo y el restaurante más caro del planeta - o costoso según se quiera ver- que cada año entre junio y septiembre abre sus puertas en Ibiza.

Situado en una de las zonas más exclusivas de la isla pitiusa y foco de todos los medios especializados en gastronomía, a este restaurante el lujo de conformarse no le está permitido. Por eso cada año sus creadores deben reinventarse y buscar nuevas fórmulas para sorprender a paladares dispuestos a pagar 1.650 euros por cena. Y quizás esta vez escuchaban la canción del guateque cuando lo hacían decidiendo cambiar dicha palabra por banquete.

Y así, este año Roncero decidió aliarse con la distribuidora Maxxium Premium Brands y presentar tres maridajes únicos que desde el pasado 3 de junio forman parte del menú ofrecido en Sublimotion. "Cuando estás en un espacio como Sublimotion a nada le puedes decir que no, podía funcionar perfectamente si lo hacíamos en su justa medida. Son una serie de whiskys que hemos puesto en momentos muy concretos del menú que creo que funcionan fenomenal y con los que creo que la gente se va a divertir", asegura el chef a Evasión.

Pero el whisky, como la cerveza dicen, no es apto para todos los gustos y en ocasiones hay que darle más de una oportunidad para que enganche al paladar. ¿Cómo hacer que funcione entonces? Con mesura, sabiduría gastronómica, imaginación y contando con tres destilados de gran calidad como The Macallan Rare Cask, Laphroaig 10 años e Hibiki Harmony, refinados en boca y que alcanzan precios de hasta 259 euros en el mercado.

Y también yendo más allá del típico maridaje de copa al lado del plato. Así, al famoso huerto comestible del chef, a las paredes que cambian en cada plato y transportan desde el fondo del océano a la campiña de la Toscana pasando por el circo, o al ya popular postre en forma de arte que el gran público pudo ver en Masterchef, se suman este año las notas amaderadas y profundas de estos productos. Durante más de dos horas de banquete, música y espectáculo, van cayendo plato tras plato los casi 20 que conforman el menú y entre los que se encuentran un fresco cóctel elaborado con Hibiki Harmony, un whisky artesanal procedente del lejano oriente que envejece en diferentes tipos de barricas y que han mezclado con mangostán, angostura y jengibre y ginger. O una costilla de Wagyu cocida a baja temperatura durante 15 hora a 75 grados acompañada de una salsa barbacoa hecha a base del whisky Laphroaig, de toque ahumado y que presume de tener un sabor no apto para todos los gustos: turba, salino y algo medicinal. Un menú lleno de sabores, sensaciones y emociones que cierra, entre otros postres, uno hecho a base cacao y The Macallan Rare Cask, un whisky de gran rareza y precio envejecido en botas de vino de Jerez y con una presencia tan pronunciada de madera que es perfecto para combinarlo con el chocolate.

Tras este tiempo, casi agotado el paladar y vencido el estómago, llega el turno de disfrutar del clima de la isla regado con unos los cócteles que cierran una cena para la que son necesarios cocineros, diseñadores, ingenieros, ilusionistas, escenógrafos, arquitectos, coreógrafos y guionistas (razón por la que alcanza casi los dos mil euros por comensal). Un espectáculo que este año tiene como uno de los protagonistas a un elemento la que muchos solo están acostumbrados si es mezclado con hielo o con un refresco de cola pero que aquí merece ser degustado de otra manera. En definitiva, una sinfonía gastronómica bien orquestada que hace cobrar más sentido a la famosa frase pronunciada por Humphrey Bogart en sus últimas horas. "Nunca debí haber cambiado el whisky por martinis".

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