
Pocos lugares hay en Madrid tan plácidos y espectaculares como la Plaza de Oriente. Y ése es el lugar elegido por el Grupo Lezama -ya con veteranos establecimientos en este enclave-, junto a la compañía Serpeska como socios, para un doble estreno: Raw Bar y La Lonja. Dos espacios en uno, de sofisticada decoración marinera, en los que el marisco y los pescados salvajes son la estrella principal de una variada oferta.
En la planta de abajo el Raw Bar, informal y a pie de calle, con algunas mesas bajas y larga barra para comer, donde disfrutar de un atrayente repertorio de preparaciones en crudo, centradas en el excelente género que Serpeska -con puestos en Mercamadrid- hace llegar diariamente a sus restaurantes. Tartares, ceviches o carpaccios elaborados en vivo y en directo frente al cliente, con una carta reducida pero con enjundia, en la que no faltan las ostras (aliñadas de distintas maneras) ni las angulas en temporada. Delicioso tiradito de salmonete o una vieira en robata alimentada por madera de encina; los delicados ahumados, hechos al momento, surgen bajo una campana de cristal que contiene el humo.
La otra gran estrella de este Raw Bar son los cócteles, bien para tomar solos como copa o en sugerentes armonías con algún plato del menú. Combinaciones clásicas -gim- let, negroni?- y de creación propia que, junto a la oferta sólida, se pueden pedir a cualquier hora del día: Raw Bar tiene horario ininterrumpido, también para degustar en su apacible terraza, y un precio medio de 25 euros.
Ya en el primer piso se encuentra La Lonja, un restaurante más convencional, con diez ventanales a la calle, cinco de ellos de espléndidas vistas al Palacio de Oriente. Un lugar perfecto para recrearse en una carta formada por variados entrantes como las verduras orgánicas a la brasa (perfectas texturas y sabores en el colorido plato), bocartes o ensalada de bonito escabechado en casa; además, carnes rojas gallegas hechas en una parrilla a la vista, distintas sugerencias diarias (porrusalda, verdinas, etc.), amplio repertorio de mariscos -desde el salpicón a las cotizadas cigalas tronco-, y por supuesto esos pescados salvajes protagonistas: merluza de Celeiro en suave salsa verde, jugoso rape con patatas panadera, rodaballo... El chef, José Luis Martínez, aboga por unas preparaciones tradicionales, de salsas aligeradas, en las que predomina un absoluto respeto por la excelsa materia prima que maneja y Nacho Puga dirige la sala con acierto. Los postres, hechos todos en la casa, son un perfecto final.