
Es la última campanada del Grupo Lezama, propietario también de representativos establecimientos madrileños, como La Taberna del Alabardero o el Café de Oriente. La compañía del sacerdote Luis Lezama no ha dudado en desafiar la crisis para hacerse cargo del restaurante del Museo del Traje, antes gestionado por otra empresa restauradora, y unirlo a una gran familia formada además por hoteles, caterings e incluso una fundación.
Como todos los locales de la conocida cadena, este nuevo restaurante, llamado a ser la joya de la corona de la empresa, está enclavado en un emblemático edificio al que concedieron el Premio Nacional de Arquitectura hace años. El comedor, situado en un tranquilo rincón del museo frente a un precioso jardín, destila modernidad con sus grandes cristaleras, sillas estilo Mackintosh o lámparas de Philippe Starck, en un salón que puede resultar algo frío. Pero son la cocina del chef Roberto Hierro y el atento servicio de sala los dos factores que caldean con creces el ambiente.
Hierro, ya 27 años como jefe de cocina en la compañía, se explaya a gusto con una cocina creativa y muy personal, para dejar atrás las limitaciones impuestas en La Taberna del Alabardero, dirigida más a la materia prima y a preparaciones tradicionales. Así, propone platos como el carpaccio de dorada, manzana, lima y cilantro, o alcachofas en barigoule con calamar y polvo de cecina. Por doquier reina la armonía en conjunciones sobresalientes, tales como la raya con hummus, copos de anisado y jugo de carabinero, o unas finísimas y sabrosas chuletas de venado con raviolis de zanahoria y tempura de endivias.
El chef no renuncia a opciones más sencillas, desde la cuchara del día (9,50 euros, sopas de ajo o alubias?) a la merluza en salsa verde con almejas. Original propuesta de cinco quesos (Torta del Casar, Roquefort, etc.) servidos a elección y acompañados de chutneys, membrillos y nueces, antes de unos deliciosos postres. Reducida pero selecta carta de vinos, con 52 referencias nacionales e internacionales, magníficamente gestionada por el sumiller, Valerio Carrera, que aúna originalidad y calidad. Como promoción ofrecen estas primeras semanas un menú especial por 25 euros. Anejo al restaurante, aunque con puertas independientes de entrada, se encuentra el Café Bistrot, abierto de 9 a 19 horas, como cafetería del museo y con una carta desenfadada. A la hora del almuerzo ofrecen dos menús de platos tradicionales.