
Miley Cyrus quiso dejar claro, muy pronto, que ya no tenía nada que ver con una angelical 'chica Disney'. Pasó de ser una niña cándida protagonista de una exitosa serie que la catapultó al estrellato, 'Hanna Montana', a apuntarse a todo 'sarao' en el que haga falta poca ropa.
Es cierto que Cyrus solo se quita la ropa por trabajo. En reportajes, actuaciones en directo y vídeos musicales ha dejado la impronta de su piel desnuda, mientras que en su vida personal se ha mostrado más discreta y los papparazzi nunca han captado nada más que sus estilismos de cuestionable gusto.
Pero su última actuación en los MTV Video Music Awards dejó a todos boquiabiertos con un sinuoso baile que improvisó ante su compañero de escenario, Robin Thicke. En ese punto, el descaro de Cyrus pasó de tener gracia a ser muy criticado por el público americano. ¿Se le fue la mano en su estrategia de provocar?
¿Un plan del mánager?
No son pocos los que acusan a su mánager, Larry Rudolph, de haber creado una estrategia específica de escándalo en torno a la exniña Disney, al igual que hizo con Britney Spears, otra de sus exrepresentadas, en su transición a mujer.
Sin embargo, como relata el diario El Mundo, Rudolph niega que haya 'cocinado' las actuaciones de Cyrus. Tampoco su exitoso vídeo musical, en el que aparece desnuda y cabalgando sobre una pesada bola de metal.
Elton John, después del escándalo en los premios de la MTV, dictó sentencia: "Miro a Miley Cyrus y veo una descomposición a punto de ocurrir".
Ella, sin embargo, sigue adelante con su estilo y rezuma un afán de diferenciarse de Justin Bieber como fenómeno 'teen'. "Creo que él todavía no ha hecho la transición", se ha permitido decir sobre el cantante canadiense.
Solo el tiempo dirá si la provocación sin límites, ahora rentable, acabará por restar prestigio a la incipiente carrera musical de la cantante.