
De riguroso negro, con mantilla y desprovista casi totalmente de joyas. Así asistió Doña Letizia a su tercera visita al Vaticano para presenciar la primera misa del Papa Francisco. Pero, como suele suceder con los outfits de la Princesa de Asturias, la polémica rodeó su elección estilística.
Varios medios criticaron la indumentaria por la que optó Doña Letizia, entre ellos, el portal Vanitatis, que indicó que el largo de la falda lucida por la Princesa era demasiado corto, provocando que quedase al descubierto más piel de la permitida.
Según informa el mismo portal, el Vaticano presenta una serie de normas muy estrictas que indican que las mujeres deben lucir vestidos largos o trajes de dos piezas, de manga larga y sin escote, pero la falda de la Princesa, que dejaba mucha pierna al descubierto, no se ceñía a lo establecido.
Aunque en conjunto su modelo no sobresalía del resto por ser del riguroso negro exigido por los preceptos del Vaticano (exceptuando contadas ocasiones en las que determinadas mujeres pueden vestir de blanco), las medias casi transparentes escandalizaron a los medios de comunicación, que no tardaron en hacerse eco de este hecho, ya que, a pesar de que el protocolo no es explícito acerca de este complemento, se supone que codos y rodillas deben quedar completamente tapados.
También llamó la atención de las publicaciones la ausencia de peineta que suele acompañar a la tradicional mantilla española, negra y de encaje en el caso de Doña Letizia. Sin embargo, la Princesa no se saltó ninguna norma en esta ocasión, ya que este complemento se permite solo a la realeza española, motivo por el que prefirió prescindir de él, coincidiendo en su elección con la esposa de Rajoy, Viri Fernández.
Tampoco los zapatos de Doña Letizia estuvieron exentos de controversia, ya que la Princesa escogió tacones de aguja en un acto celebrado por la mañana, exigiendo las normas protocolarias el uso de calzado discreto.
Lo que sí se ciñó a las reglas marcadas fue el maquillaje de la Princesa, sobrio, natural y de tonos claros.