
Desde que iniciara su romántica historia de amor con el piloto asturiano, la joven modelo rusa vive feliz instalada en la ciudad de Oviedo y abriéndose camino con discreción en la industria de la moda española -próximamente se convertirá en imagen de la cadena Zara-. A pesar de que la maniquí revela que su objetivo inicial fue el de conquistar el mercado asiático, su relación con el deportista le ha ayudado a sentirse muy cómoda en España, hasta el punto de que este país podría convertirse en el escenario de sus sueños de futuro: el de ser madre y formar una extensa familia.
"Aunque me acabo de instalar en Europa, estoy contenta y entusiasmada ante la idea de conquistar el viejo continente. Actualmente, vivo en la ciudad de Oviedo y en España tengo varios proyectos para los primeros meses del año, como mi participación en la nueva campaña de la marca Zara. Es verdad que echo de menos Vladivostok [su ciudad natal en el extremo oriental de Rusia], pero reconozco que me siento una residente de Europa. De aquí a 20 años me encantaría hacer mi vida en una gran casa, con un marido cariñoso, niños y un perro; pero ahora mismo no puedo concentrarme en esas cosas por mis constantes viajes", desveló Dasha al portal Vladivostok 3000.
A pesar de que siente cierta nostalgia por sus orígenes, la estrella de las pasarelas ya ha tenido la oportunidad de enseñar a su pareja los rincones más especiales de su localidad, la cual visitaron a principios de año durante unas breves vacaciones. La pareja compartió un sinfín de fotos de las aventuras vividas bajo las gélidas temperaturas que asolan la región, pero hasta ahora Dasha no había revelado las sensaciones que experimentó el bicampeón mundial de Fórmula 1 al encontrarse en una tierra tan diferente a la suya.
"Las dos últimas veces que vine a Vladivostok lo hice con mi novio. En verano visitamos las playas, los museos y las zonas más turísticas de la ciudad, pero la mayor parte del tiempo lo pasamos con mi familia y amigos. A Fernando le gustó mucho, aunque le sorprendió mucho la escala de la ciudad, lo grande que era. Volvimos en Navidad y en esa ocasión se quedó impresionado al ver el mar congelado y sufrió bastante por el frío extremo", explicó.
En el lado profesional, Dasha confiesa que buena parte de su madurez como modelo la desarrolló en Tokio, su primer destino internacional y la metrópolis donde se labró un interesante currículum en el que se incluyen sus trabajos para Canon, Sony, y las ediciones regionales de Vogue y Cosmopolitan. Fue allí también donde descubrió que el mundo de la moda es mucho más exigente y sacrificado de lo que imaginaba cuando se dejó seducir por el glamour y la sofisticación de la industria, a pesar de que las ventajas de ser modelo superan con creces a los inconvenientes.
"Cuando me ofrecieron la oportunidad de viajar a Tokio, acepté la oferta casi sin pensarlo, ya que quería vivir aventuras lejos de casa y viajar mucho. El primer viaje a Japón tuvo tanto éxito que acabé viviendo allí casi cuatro años, en los que también me di cuenta de lo duro que es este negocio. Tienes que poner siempre buena cara y parecer feliz aunque estés pasando un mal día, pero no me quejo porque lo mejor de este trabajo es que viajo mucho y no dejo de aprender", aseguró.