
El bailarín anda agobiado con Hacienda pese a su elevadísimo caché, que asciende a los 120.000 euros por actuación. Cortés debe al fisco y a la Seguridad Social dos millones de euros, además de sus hipotecas.
Joaquín Cortés continúa acosado por las facturas que no paga. A los dos millones que debe a Hacienda y a la Seguridad Social, se le suman sus hipotecas y 80.000 euros en gastos de comunidad de vecinos.
A pesar de haber culminado una exitosa gira en Latinoamérica, el reputado artista español ha vuelto a una casa que próximamente será embargada. Su principal vivienda se encuentra en la plaza madrileña de Tirso de Molina, un inmueble de más de 200 metros cuadrados en el que vivió junto a sus familiares.
Mudanza silenciosa
Según publica el diario El Mundo, los vecinos son testigos de una silenciosa mudanza que están realizando sus hermanas, cargando sus pertenencias en una furgoneta con la discreción suficiente para evitar dar la alerta a la prensa.
Los vecinos se reconocen encantados de la marcha del bailarín, ya que durante años han tenido que costear sus gastos de comunidad, algo poco comprensible con la situación laboral del artista.
Algunos expertos en danza consultados aseguran que Cortés no se ha rodeado de los mejores compañeros en su recorrido profesional, haciendo referencia a sus representantes, a los que la familia acusa de la falta de fondos del bailarín. "De cada treinta actuaciones que tiene, diez son para pagar a sus acreedores", admite un familiar.