
Tan sólo habían pasado 24 horas desde que la problemática estrella de Hollywood saldase su deuda con la justicia y la protagonista de Chicas malas ya se iba de fiesta como en sus viejos tiempos. Lindsay Lohan se ha apresurado a celebrar, por todo lo alto, el fin de su libertad condicional.
El pasado jueves, la estrella salida de la factoría Disney recuperaba la libertad. La juez Stepanie Sautner rogó a Lohan que hiciese el favor de "comportarse como una adulta responsable y no frecuentar bares y discotecas".
A la vista de su última actividad nocturna con el Chateau Marmont de Los Angeles como escenario, o la intérprete no entendió lo dicho por la magistrada estadounidense durante la vista que ponía punto y final a su libertad condicional o Lohan considera que el club californiano no se engloba dentro de los "bares y discotecas" citados por Sautner.
La niña mala de Hollywood permaneció en el frecuentado local, donde por supuesto se sirve alcohol, hasta altas horas de la madrugada, periodo en el que le dio tiempo a cambiarse de ropa hasta cinco veces, según fuentes allí presentes han confesado a la revista Life & Style.
"Estaba hablando con un grupo de amigos. No ví que tuviese una copa en la mano. Primero llevaba un vestido blanco y después se cambió y se puso un top negro y unos vaqueros. Después se volvió a poner otro vestido. Fue y vino de la habitación como cinco veces vestida de forma diferente cada vez", puede leerse en la revista estadounidense.
Después de esta salida en falso, veremos si Lindsay Lohan vuelve a comportarse tal y como nos tenía acostumbrados. Cuestión de tiempo.