Mientras el mundo de la música se vestía de largo para una de las entregas de premios más importantes del año, Beyoncé y su marido decididieron pasar olímpicamente de las alfombras rojas y los flashes y acercarse a uno de sus restaurantes preferidos para cenar como dos auténticos tortolitos. Está claro que la paternidad ha hecho que estos dos sienten la cabeza.
Tras haber sido papás, estos dos cantantes ya conocen de primera mano lo agotador que es tener un bebé en casa. Que si el biberón de madrugada, cambiar pañales... Un ritmo de vida muy diferente al que solían llevar.
Tal vez por eso, el poco tiempo que tienen libre prefieren emplearlo en estar juntos antes de estar en grandes fiestas rodeados de gente.
Según ha podido saber Us Weekly, Beyoncé y su marido dejaron a su pequeña Blue Ivy con una canguro y decidieron salir a darse un pequeño homenaje, acudiendo a su restaurante favorito.
Pero la pareja no disfrutó de la típica cena romántica. Nada de ostras y champán sino una pizza familiar y refrescos.
Y es que hacía mucho que ambos no se dejaban ver por Lucali, su pizzería favorita en el corazón de Brooklyn. Mientras todos estaban viendo la ceremonia de los Grammy, ellos se tomaron su pizza como una pareja normal ajenos a la espectación que causaban.
No hay que olvidar que ante todo estas dos estrellas son un matrimonio que acaba de tener un hijo y no dudan en aprovechar sus ratos libres para disfrutar de los pequeños placeres de la vida.
