
Si las vacaciones de este año te llevan por el norte de Cataluña, prepara el bañador, consigue un buen sombrero, hazte con calzado cómodo y no te pierdas alguna de las propuestas de buen comer en la tierra de Salvador Dalí. No es surrealismo, es la cuna de la comida más vanguardista del mundo.
Herencia de El Bulli, la Costa Brava acoge carismáticos restaurantes que suponen todo un reto para los sentidos. Entre preciosas calas, bosques encantados, masías para el descanso y pueblos de pescadores que conservan la esencia de un pueblo con historia.
Mas Pau es una de esas masías que combinan la esencia de lo antiguo con las últimas vanguardias gastronómicas. En Avinyonet de Puigventos y asesorados por los Ferrán Adriá y Julio Soler, los chef Toni Gerez y Xavier Sagristà nos sorprenden con platos como los calamares de potera confitados a baja temperatura y rellenos de ceps y foie-gras o el bistec ruso de atún con jengibre. Reserva un hueco para los postres porque merecen la pena: los tres chocolates al azafrán o los canelones de zanahorias y coco con granizado de caipiriña harán las delicias de los más golosos.
En pleno centro de Cadaqués, uno de los pueblos con más encanto del Alt Empordá, nos encontramos la cocina de Es baluard, un restaurante que forma parte de la antigua muralla. El establecimiento fue inaugurado en 1967 por Quimet Seriñana y su esposa, Maria Torrents. Actualmente es su hijo Josep Seriñana el que propone cada día platos caseros como anchoas de la zona, espárragos trigueros, una excelente paella o todo un recorrido por los mejores arroces del mediterráneo. Imprescindible probar el pescado fresco con especial hincapié en el suqute, plato típico de la zona. Termina el banquete con la crema catalana o los profiteroles con chocolate.
Acabamos en la Baix Empordà, Mont Ras, donde se encuentra La Cuina de Can Pipes, una espléndida masía en pleno bosque donde Ramón Casabayó realiza una interesante cocina ampurdesa. El rodaballo salvaje con carpaccio de calamar encebollado es su especialidad, pero no hay que perderse el biscuit de turrón y cuatro texturas de pera.
Y por supuesto, todo regado con los vinos de la D. O. Empordà, una de las más exclusivas de España y que cuenta con siglos de historia. Si quiere indagar más sobre los vinos de la zona, apúntate a las catas a medida de Tastigirona donde conocerás las variedades de uva y cómo el vino de la Tramontana afecta a los cultivos, que se encuentran entre la Sierra de l'Albera y el mar Mediterráneo.