
Que Victoria Beckham se haya puesto a dieta ya es noticia en si... ¿en serio esta señora puede perder un gramo de grasa de algún lado? Lo dudamos. Eso sí, el efecto llamada ha sido inmediato y la dieta alcalina, la que ha decidido seguir, se convertido en el Trending Topic de los sistemas de adelgazamientos. De qué se trata y qué peligros tiene, a examen.
Gywneth Paltrow, Jennifer Aniston, Kirsten Dunst y ahora Victoria han sido las encargadas de poner a prueba la dieta alcalina y a tenor de los resultados, debe funcionar. El plan es muy estricto y consiste en el consumo de un 70% de alimentos alcalinos y un 30% de alimentos ácidos, lo que incluye principalmente frutas y verduras. Eso si, la dieta no excluye el consumo de alcohol, una de las primeras cosas que todo médico excluye de cualquier dieta sana y por la que, sospechamos, le hace tanta gracia a las estrellas de Hollywood.
El objetivo es conseguir que el pH de la sangre se mantenga entre 7,35-7,45, siendo 7 el pH establecido como neutro. Vicki Edgson y la chef orgánica Natasha Corrett, escritoras del libro 'Honestamente Saludable' del que parte la dieta, aseguran que además se mejorarán nuestros niveles de energía, la memoria, los dolores de cabeza, los dolores musculares y el insomnio, cumpliendo la dieta a rajatabla.
Lo cierto es que la dieta es más efectiva por lógica que por ciencia. Si sustituyes parte de tus carbohidratos por frutas y verduras, consumes menos calorías y adelgazas. El pH de la sangre no se altera lo más mínimo con la alimentación, como señala el American Institute for Cancer Reserch y el estómago es tan ácido que ningún alimento cambia su pH de manera relevante. La orina es el único fluido del organismo que puede ver alterada su acidez en función de la dieta y, en principio, nadie ha demostrado que afecte al peso.
La Academia de Nutrición y Dietética (la mayor organización mundial de profesionales de la alimentación y la nutrición) señala que la hipótesis de la dieta alcalina es una "teoría oscura" y que no supone una manera saludable de perder peso. Aún así el libro se vende como churros... alcalino, por supuesto.