Hay multitud de hechos de la vida y metáforas que deberían hacernos pensar que nuestro tiempo transcurre en rachas, como las olas del mar y como el ciclo económico. Hagamos lo que hagamos nuestra vida profesional, y la de nuestras empresas, es un camino que sufre subidas y bajadas entre creciente y vaciante.
Así que la única manera de ver las cosas con perspectiva es volver a subirse a la tabla aunque una ola nos haya arrastrado hasta el fondo. Entre los teóricos vitales del surf biográfico, además de Van Morrison y Boecio está también el General Patton, que consideraba que el éxito no se mide observando cómo se comporta una persona cuando está arriba, sino viendo cómo rebota cuando está abajo.
Todo lo que es verdaderamente importante ocurre en el largo plazo. Y lo que transcurre en medio, que es lo que normalmente llamamos vida, consiste en una siempre variable combinación de esfuerzo y de los caprichos del destino, porque el mundo es demasiado complejo para poder gobernarlo a nuestro antojo. Así que cuando la corriente nos lance contra el fondo hay que pensar que podemos ceder una batalla, pero no la guerra. Y disponernos a hacer lo posible y lo imposible para salir a flote de nuevo y volver a surfear.
Morrison, Patton, y Boecio: ingenieros del rebote.