Los ciclos de la vida

Publicado por en Cambio personal, Ciencia y Management, Resiliencia.

Quizá es porque nos lo han explicado así, o porque nuestra mente lo registra de esa manera, pero lo cierto es que todos, cuando miramos hacia atrás, vemos ciclos y etapas en nuestra vida profesional y personal. Un primer momento en el que luchábamos por comprender cómo funcionaba todo, quizá un segundo en el que nos sentíamos con fuerza y talento para aportar y volver la empresa del revés, tal vez un tercero en el que alguien nos invitó a cubrir un puesto directivo para el que no nos sentíamos del todo preparados, un cuarto en el que la visión de negocio era la única forma de entender nuestro día a día, y así sucesiva o simultáneamente.

Ver las cosas con perspectiva es una de las habilidades humanas más escasas y sin embargo más útiles, porque es una verdad evidente que cualquier momento de la vida es solo un momento biográfico dentro de un extenso camino. Y las carreras profesionales son suficientemente largas como para que se deban plantear siempre con un criterio de largo plazo. Esto es fácil de entender, pero difícil de llevar a la práctica.

Y uno de los secretos es graduar con acierto la presión que se ejerce sobre el sistema. Porque, por ejemplo, la exigencia excesiva e irreflexiva siempre es cortoplacista. Pedir al mundo que las cosas sean como queremos y cuando queremos es poco menos que intentar derribar un muro acariciándolo con una pluma. Levinson nos dejó una clave vital importante, y es que a través de los ciclos de la vida tenemos que hacer las paces con las imperfecciones del mundo, de los demás y de nosotros mismos. Esto, escribía, no debe alejarnos de nuestras convicciones, sino que puede ayudarnos a luchar con una perspectiva más amplia. Hay que avanzar cuando hay que avanzar, detenerse cuando hay que detenerse, y retroceder cuando hay que retroceder. Sabiduría tan obvia como compleja de aplicar.

Cualquier visión sobre el desarrollo tiene que contemplarse con perspectiva de largo plazo.

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