Vivienda

Seseña vuelve a cobrar vida


    Belén Plaza

    Lejos queda la imagen de El Quiñón deshabitado. En apenas tres años, el número de vecinos se ha duplicado cambiando así la imagen de este conjunto residencial. A pesar del incendio del vertedero de neumáticos, a mediados del año pasado, que azotó la región, parece que Seseña vuelve a la normalidad.

    Seseña nació del sueño de Francisco Hernando, más conocido como "El Pocero". El constructor llegó hace 16 años a esta localidad, que contaba tan solo con 1.800 habitantes, y presentó un proyecto de más de 13.500 viviendas. Finalmente quedó reducido a más de la mitad, a 7.500 viviendas. Fue uno de los iconos más representativos de la burbuja inmobiliaria en España.

    En mayo del 2016, pasadas las 02.00 horas de la madrugada, comenzó a arder entre el término municipal de Seseña (Toledo) y el de Valdemoro (Madrid), uno de los vertederos ilegales de neumáticos más grandes de toda Europa. Hasta 80.000 toneladas de ruedas ardieron provocando una catástrofe ambiental y un infierno para los habitantes de El Quiñón. El incendio volvía a dejar la localidad deshabitada y desolada.

    Pasado cualquier tipo de riesgo para sus habitantes, el Ayuntamiento de Seseña prometió presentar a principios de este año, un informe donde plasmará las conclusiones definitivas sobre la emisión de contaminantes emitidos por el incendio del cementerio de neumáticos.