Vivienda

Un impuesto sobre la vivienda y la tierra: el antídoto para reducir la desigualdad económica



    El economista francés Thomas Piketty ha popularizado la teoría de que la desigualdad económica se extiende en la mayoría de los países desarrollados, porque la tasa de retorno del capital (r) es superior a la tasa de crecimiento del PIB (g), es decir, Piketty argumenta que r>g.

    Peter R. Orszag, economista y presidente de estrategia financiera y soluciones en Citigroup, explica en Bloomberg que si se excluye la tierra y la vivienda, el capital no ha crecido en EEUU y en otros países desarrollados respecto al PIB.

    "En EEUU, excluyendo la tierra y la vivienda, el capital se ha mantenido constante dentro de la economía desde mediados de 1950... Lo que ha disparado durante las últimas décadas la tasa de retorno del capital ha sido el valor de la vivienda y la tierra", explica Orszag.

    "En el área metropolitana de Nueva York el precio medio del pie cuadrado (0,092 metros cuadrados) de tierra ha subido desde los 47 dólares de 1999 hasta los 366 dólares de 2006... Desde 1970 hasta el 2010 el capital inmobiliario como parte del total de la economía de EEUU ha aumentado su peso 40 puntos porcentuales", algo que ha ocurrido en casi todos los países desarrollados excepto Alemania.

    Es importante distinguir entre los diferentes tipos de rentas que pueden proceder del capital: "Un incremento del valor de la tierra o de la vivienda no aumenta necesariamente la capacidad para producir bienes y servicios, a diferencia de un aumento del valor de los ordenadores o la maquinaria de producción".

    Stiglitz también ve importante crear un impuesto sobre el valor de la tierra, para abordar directamente lo que está considerado como una fuente de creciente desigualdad: "Esta es una idea audaz, proponer un impuesto sobre el valor del suelo. Y es que a excepción de la tierra y la vivienda, las tasas de retorno del capital no han subido a pesar de la retórica de Piketty".

    "Por otro lado, con lo recaudado por este impuesto sobre el valor de la tierra se podrían reducir otros impuestos que afecten de forma directa a las rentas más bajas de la sociedad o gastarlo en programas de ayuda socia, o lograr alguna combinación de ambas medidas", culmina Orszag.