Vivienda

El dueño de la villa sobre un rascacielos en Pekín acepta demoler parte de la finca

    La villa de montaña del médico chino. <i>Foto: Efe</i>


    Zhang Biqing, el médico chino que se ha construido una villa de montaña en lo alto de un rascacielos de Pekín, ha dado su brazo a torcer tras el ultimátum de las autoridades chinas. Tras recibir este lunes la orden de derribar la construcción, ha aceptado desmantelarla aunque solo en parte.

    El ciudadano chino insiste en que la villa es segura, pero tras la notificación oficial con el mandato de demolición en 15 días y el revuelo internacional que se ha generado reconoce que se equivocó. "Ahora me doy cuenta de que ha sido un gran error", afirma en declaraciones a la emisora local CCTV recogidas por The New York Times.

    Según ha revelado a otro diario local, está dispuesto a eliminar en la próxima semana parte de la estructura añadida a su ático durante los últimos seis años. Esto incluiría los viñedos y una casa de cristal, pero no las falsas rocas, que reclamará poder mantener porque según afirma protegen la vivienda del calor.

    Vista del ático en la que se pueden apreciar los viñedos. Foto: Efe.

    Zhang explica que el excéntrico jardín comenzó primero de forma modesta, cuando decidió construir una galería en la azotea, pero que empezó a expandirla con rocas, árboles y paisajes artificiales hasta alcanzar los 800 metros cuadrados que ahora ocupa.

    Sin embargo, ha insistido en que no hubiera levantado la villa de no haber tenido permiso de las autoridades. Según aseguró al Beijing Times, "cuando comencé las obras, unos inspectores del ayuntamiento vinieron a revisarlas" y no pusieron ninguna objeción. "Estuvieron de acuerdo en que soy un buen hombre", añadió en la entrevista recogida por el South Morning China Post, que ayer se hacía eco de la noticia.

    El caso, recogido por medios de comunicación de todo el mundo, ha provocado además que las autoridades inicien investigaciones al negocio de Zhang, una clínica de acupuntura denominada Qijing Tang, en un verano en el que el Gobierno ha iniciado una campaña contra falsos gurús de la medicina tradicional.