Vivienda - Inmobiliario
Cómo obtener ayudas para rehabilitar tu vivienda de hasta 18.800 euros
- El Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia cuenta con 3.420 millones
- Los proyectos deben orientarse a reducir el ahorro energético al menos un 30%
- Qué ayudas pueden solicitar las madres trabajadoras a partir de septiembre
Luis M. García
Rehabilitar una vivienda nunca sale barato, pero existen ayudas que pueden convertir en menos gravoso acometer una reforma. Para esta finalidad existe el programa de rehabilitación residencial del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), que está dotado con 3.420 millones de euros procedentes de los fondos NextGeneration de la Unión Europea.
La finalidad de estos fondos europeos es financiar actuaciones de renovación y mejora acreditada de la eficiencia energética de edificios residenciales y viviendas, y permiten financiar entre el 40% y el 80% de la obra de mejora de tu casa o de tu edificio de viviendas.
Los proyectos factibles de obtener financiación son amplios siempre que se mejore la eficiencia energética. Desde renovar las ventanas, aislar el tejado o la fachada, cambiar el sistema de calefacción a mejorar el consumo de aire acondicionado. Casi cualquier proyecto de reforma puede obtener financiación si va encaminado a alcanzar el objetivo de reducir un mínimo del 30% de ahorro energético, que es algo que, además de reducir emisiones, conlleva una mejora del confort en el hogar.
Si el porcentaje de ahorro energético es mayor del 30%, se puede optar de manera opcional a mayores ayudas, que pueden ascender a cantidades entre los 6.300 y los 18.800 euros por vivienda en función de los ahorros energéticos alcanzados.
Si tienes dudas sobre cuál es la rehabilitación que mejor se ajusta a tu edificio y a qué ayudas puedes optar, es recomendable contactar con un técnico. Las ayudas pueden cubrir el proyecto, los gastos de gestión y la elaboración del Libro del Edificio Existente.
Para solicitarlas, son las comunidades autónomas quienes las gestionan. El trámite se realiza en las denominadas oficinas de rehabilitación, donde se puede obtener asesoramiento sobre los diferentes programas y las acciones a llevar a cabo para convertirte en beneficiario de las ayudas, además de ponerte en contacto con un técnico o agente rehabilitador si se estimara necesario. Ssimplemente se debe presentar la solicitud en el registro correspondiente.
Simulador de ayudas
En las oficinas de rehabilitación informan, asesoran y te ayudan con todas las gestiones y puedes encontrar la más cercana en la página web del Ministerio de Vivienda y Agenda Urbana, que también dispone de un simulador de ayudas.
El simulador permite calcular de manera aproximada el consumo energético de los edificios y ofrece distintas opciones de mejora dirigidas al ahorro energético.
Recuerda que se pueden conseguir subvenciones para las obras de conservación y accesibilidad: cubierta, estructura, fachada o energía. La cuantía de las ayudas está exenta de tributación y, por lo tanto, no computan como una ganancia patrimonial en el IRPF. La parte que no cubren las ayudas, además, puede acogerse a deducciones fiscales de hasta el 60% en la declaración de la renta.
Otro supuesto que puede provocar que aumente la cuantía de la ayuda es que se considere que cumples con los preceptos de vulnerabilidad económica. En ese supuesto, la ayuda podría incrementarse hasta el 100%.
Eliminar el amianto
Retirar el amianto de los edificios está también contemplado en las ayudas europeas para la rehabilitación de edificios residenciales y viviendas de de los fondos NextGeneration de la Unión Europea.
En concreto, la retirada del amianto está contemplada en el Programa 1, de Ayudas a las actuaciones de rehabilitación a nivel de barrio; y en el Programa 3, de Ayudas a las actuaciones de rehabilitación a nivel de edificio.
Son, por lo tanto, actuaciones subvencionables siempre que se cumpla el objetivo de mejorar de la eficiencia energética, aunque se debe tener en cuenta que las obras en las que está implicado el amianto, o asbesto, se rigen por el Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, y han de establecerse las condiciones mínimas de seguridad y salud a estos trabajos con riesgo de exposición al amianto.