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¿Cómo era el aspecto original de la Gran Esfinge de Guiza?

  • Es una de las esculturas más emblemáticas y antiguas del mundo
  • Una criatura mitológica con el cuerpo de un león reclinado y cabeza humana
Imagen: iStock

EcoDiario.es

La Gran Esfinge de Guiza es una de las esculturas más emblemáticas del mundo... Tanto, que instantáneamente se asocia con todo lo relacionado con el Antiguo Egipto. El icónico monumento, como ya sabréis, se conforma de una criatura mitológica con el cuerpo de un león reclinado y la cabeza de una persona, más concretamente la del rey Kefrén de la dinastía IV de Egipto.

La monumental estructura se encuentra en la ribera occidental del río Nilo, en la ciudad de Guiza. Los egiptólogos estiman que formó parte del complejo funerario del rey Kefrén durante la dinastía IV, pero otros académicos aseguran que la Gran Esfinge es mucho más que un lugar donde contener la "esencia" de un rey por toda la eternidad. Según las afirmaciones de algunos historiadores, podría tratarse de una enorme biblioteca, pero estas teorías han sido rebatidas y descartadas por innumerables investigaciones.

Pero, ¿cómo era el aspecto original de la Gran Esfinge de Guiza? Es evidente que durante los últimos 4500 años, el clima y la erosión hayan afectado a la apariencia de la monumental escultura. Asimismo, es realmente asombroso que después de tanto tiempo, la estatua más antigua del mundo aún siga de pie y conserve toda su esencia.

La esfinge original era muy diferente a como la conocemos hoy en día. A pesar de que ahora se compone del mismo color que su entorno arenoso, el enorme monumento pudo haber estado cubierto por una colorida capa que se conservó durante siglos.

Antiguamente la escultura contaba con una larga barba trenzada y una nariz, pero recientemente se descubrió que estaba pintada de color rojo, azul y amarillo. No obstante, existe otra teoría sobre su aspecto original: la Gran Esfinge de Guiza podría haber sido un león, cosa que explicaría las enormes desproporciones de la estatua. Si tenemos en cuenta que los antiguos egipcios eran verdaderos amantes de la simetría, la desproporción entre la pequeña cabeza y el enorme cuerpo apuntan a que la cabeza del rey Kefrén se esculpió por encima de la de un león.