Cambió el lenguaje para siempre: ¿a quién se le ocurrieron los emojis?

Los emojis han cambiado por completo la forma de expresarnos tanto en redes sociales, como en aplicaciones tan utilizadas a diario como WhatsApp. Son capaces de representar nuestro estado de ánimo, pero también de servir como respuesta escueta, o no, a ciertas preguntas o conversaciones. Hoy te vamos a contar la historia de su creador y cómo se le ocurrió dotar de emociones a un puñado de caras amarillas.

El smile, tal vez el emoji más conocido hasta la fecha, se remonta nada más y nada menos que hace 4.000 años. También se habla del uso de una 'carita feliz' en la firma realizada por un notario allá en 1635. No obstante y atendiendo al uso que tienen los emojis en el día a día para representar emociones, su uso tal y como lo entendemos en la actualidad está fijado en 1881, más concretamente el 30 de marzo de dicho año.

Los editores de la revista Puck utilizaron diferentes símbolos para representar emociones como alegría, melancolía, asombro o indiferencia. Poco a poco nos vamos acercando, ¿verdad? Su siguiente utilización data de 1936, cuando Alan Gregg de Harvard trató de crear un conjunto completo de emoticonos empleando también diferentes signos. No obstante, en todos y cada uno de los casos anteriores la idea de crear un nuevo lenguaje con el que expresas emociones cayó en saco roto.

Dicho lo cual y tras repasar varios intentos, intencionados o no, el auténtico padre de los emoticonos no es otro que el profesor Scott Fahlman de la Universidad Carnegie Mellon, en Estados Unidos. Tenemos que remontarnos a 1982. Los alumnos y los profesores necesitaban un método para comunicarse de manera 'online'. Recordemos que por aquel entonces estamos muy lejos de contar con las ventajas tecnológicas de las que disponemos a día de hoy. Con la idea de agilizar las respuestas, Scott planteó la solución a esos paneles electrónicos mediante los cuales mantenían el contacto profesores y alumnos: emoticonos.

'Cuando usamos comunicación online basada en textos no contamos con los datos adicionales que aportan el lenguaje corporal o el tono de voz y que en una conversación informan de la intención o el tono del mensaje', explica el propio profesor a través de su web. 'Fue cuando se me ocurrió la secuencia de caracteres. Era una solución elegante que, además, todos los ordenadores de entonces basados en código ASCII soportarían', añade. A partir de aquí, el resto es historia. La Universidad comenzó a utilizar este sistema, el cuál fue expandiéndose. Con la llegada de las nuevas tecnologías, especialmente los SMS y los chats, los emoticonos han evolucionado en forma y apariencia, siendo una de las herramientas más utilizadas en la actualidad.