Viaje de la semana

El Albaicín... por descubrir



    En la hoy famosa ciudad de Granada y en los albores del primer milenio de nuestra era, el moro Zawi ben Ziri fundó sobre una antigua fortaleza ibero-romana y en la parte más alta de la colina del Albaicín, la capital de un próspero Reino... cuya hegemonía colapsó 500 años después cuando Los Reyes Católicos iniciaron una política de "culturización" de la población morisca que residía en el lugar. Así pues, en estas fechas, conmemoramos los primeros 1.000 años de este emblemático barrio granadino.

    Si bien los testimonios de ilustres turistas-poetas que en la Historia de la Literatura han sido, casi siempre nos cantan la ciudad de Granada como término de sus glosas... todos ellos, ineludiblemente, tuvieron el Albaicín como lugar de tránsito.

    Adentrarse por sus intrincadas calles constituye una de las más excitantes experiencias que puede vivir un viajero esteta. El barrio del Albaicín es el origen de Granada, luego justo es que por ahí iniciemos la visita a la ciudad.

    Empezamos subiendo por la Cuesta de Chapiz, dejando atrás la planitud del Paseo de los Tristes y la Carrera del Darro, para encontrarnos en el primer trozo de la empinada cuesta que nos conducirá al antiguo barrio morisco. Es uno de los pocos tramos por donde circulan los pequeños minubuses que suben y bajan a turistas y lugareños por las pocas calles a las que tienen acceso los vehículos de cuatro ruedas; un poco más arriba el empedrado ¡casi puntiagudo! de sus calles será suficientemente disuasorio para ir en moto, en bici, e incluso para caminar con tacones.

    Calles del Albaicín.

    El primer edificio de interés histórico que nos sorprende es el Palacio de los Córdova, desde cuyo interior podemos ver varias vistas de La Alhambra a través de los marcos de sus ventanas y balcones. La incomparable imagen de La Alhambra, eje estético de la ciudad, será el telón de fondo que nos toparemos a cada rato en nuestra subida a la colina albaicinera. Pero no hay que tener prisa... todo se andará; no vamos a abandonar Granada sin 'descubrir' La Alhambra, el monumento más visitado de España. En el año 2012 fueron más de dos millones de personas las que enriquecieron su acervo cultural y su disco duro con su visita (es también el monumento más visitado de Europa después de la parisina Torre Eiffel).

    Volvamos a la cuesta y saludemos al patriarca gitano Chorrojumo, inmortalizado en una estatua de bronce sobre un pedestal marmóreo que marca el inicio del Camino del Sacromonte, el celebérrimo barrio de los gitanos. A partir de ahí déjese llevar por la intuición y agudice los sentidos, empezará a percibir el olor de las macetas donde florecen los geranios, las rosas y el arrayán. Suba y suba... cada vez más arriba por las estrechas y quebradas callejuelas y observe los detalles de las puertas de madera, algunas con parral ensortijado al quicio.

    Al doblar las esquinas, tropezará con las peculiares arquitecturas de ladrillo rojo de los aljibes morunos. Fíjese bien en sus nombres -de la Vieja, del Rey, de la Xarea- y lea la leyenda de cada uno de ellos en el folleto de mano (imprescindible para conocer su historia, no perderse por el barrio y saber la ubicación de las mansiones que puede visitar). Transitará por delante de palacios que puede que pasen inadvertidos por su fachada, pero que encierran en su interior todo el encanto de las viviendas moriscas: Casa Zafra, Dal al-Horra, Aben Humeya, etc. Muchas de estas antiguas casas conservan su esencia original y lucen magníficamente restauradas conservando los estanques, fuentes y canalillos por donde susurraba el agua. El agua... ese elemento que fue de primera necesidad en el aspecto puramente sensual y decorativo durante la época nazarí.

    A la hora de la pitanza siéntese en alguna terraza para disfrutar de las suculentas tapas; es una tradición tan arraigada en la ciudad que ha alcanzado justa fama sobre las del resto del país.

    Callejee hasta dar -y si no, pregunte- con el Mirador de la Plaza de San Nicolás para cerciorarse, si es que no lo ha descubierto aún, de que Granada es una ciudad creada para la contemplación y para la fantasía, y preste atención a las parejas de enamorados que han elegido tan simbólico lugar para esperar pacientemente que los dorados tonos de la puesta de sol tiñan de romanticismo el paisaje... para besarse mejor que nunca.

    Ya puede cerrar los ojos y suspirar.

    Guía Práctica:
    Granada no está conectada por el AVE, pero dispone de dos trenes diarios desde Madrid que tardan cuatro horas y media. También tiene conexión aérea desde Madrid con cinco vuelos diarios; y tres vuelos diarios desde Barcelona, operados por la compañía Iberia (www.iberia.es)

    El Albaicín cuenta con hoteles, apartamentos turísticos y albergues para todos los gustos. Para seleccionar el que cuadre más con nuestras expectativas de alojamiento, lo mejor es ponerse en contacto con la Asociación de Empresarios de Hostelería, Restauración y Servicios Turísticos del Albaicín y Sacromonte (AEHRAS): info@aehras.org; www.aehras.org

    Algunas especialidades que no debe perderse de su gastronomía son: los raviolis rellenos de chocolate del restaurante San Nicolás (www.restaurantesannicolas.com); el salmorejo del restaurante Carmen Aben Humeya (www.abenhumeya.com; el ajoblanco del restaurante Ruta del Azafrán (www.rutadelazafran.com); el solomillo de buey con calabaza al PX del Carmen Mirador de Aixa (www.miradordeaixa.com); el cocido albaicinero de Casa Torcuato (www.restaurantescasatorcuato.com); las berenjenas con miel del restaurante Mirador de San Nicolás y el cus-cus de la taberna morisca Las Cuevas.

    Y si le pica la curiosidad por conocer el arte del flamenco con más propiedad, en la Escuela Carmen de las Cuevas (www.carmencuevas.com) podrá aleccionarse en el aprendizaje auténtico y genuino del duende flamenco.

    Más información en Turismo de Granada: www.turgranada.es