Comunidad Valenciana

Dos franquiciados demandan a Yogurice por "incumplir desde el primer día"

    Stand de Yogurice en la edición del SIF de 2012. <i>Foto: Guillermo Lucas</i>


    Dos pequeños empresarios que en el Salón Internacional de la Franquicia de Valencia (SIF) se vieron seducidos por la cadena de yogurterías Yogurice han demandado a la empresa franquiciadora, con la que rompieron el pasado septiembre, al considerar que incumplió de forma continuada el contrato, empezando por el propio producto.

    Según los ya exfranquiciados Carlos García y Nadine Bourchy, el yogur que degustaron en el SIF de 2011 era de diferente calidad que el que recibieron cuando abrieron sus establecimientos, a partir de marzo de 2012. Así se lo reconoció la empresa franquiciadora, que aseguró que "había cambiado" de proveedor al no llegar a un acuerdo económico con él, según el texto de la demanda.

    Sin embargo, la empresa que suministró a Yogurice el yogur para el certamen, Gelats and Sabors, aseguró a los franquiciados que "nunca" ha sido proveedora de Yogurterias al Gusto, que es la razón social de la cadena.

    Esta fue la peripecia más llamativa, pero no la única, que los afectados, uno de Valencia y otra de Palma de Mallorca, relatan en la demanda presentada el pasado 26 de diciembre en los juzgados de Sevilla, que es donde está el domicilio social de Yogurice.

    Según Antonio Cuenca, portavoz del despacho Evolutiza Abogados, que los representa, "Yogurice ha incumplido siempre, desde el primer día". En concreto, nada más firmarse el contrato de Valencia incumplió, según la demanda, la entrega del "proyecto de decoración, rótulos, mobiliario y equipamiento del negocio", que tuvo que hacer por sí solo el franquiciador, que tampoco recibió formación in situ para el personal antes de la apertura ni equipamiento como una televisión de plasma o cámaras de seguridad, que correspondían a Yogurice.

    Es más, los franquiciados acusan a la empresa de haberles facilitado maquinaria de baja calidad que se estropeó a los pocos días, en concreto, terminales TPV de segunda mano, según los técnicos que fueron a repararla; un congelador que escondía su verdadera marca bajo una pegatina de otra más acreditada, hecho que descubrió el servicio oficial de la segunda, y una batidora "industrial" por la que Carlos García pagó a Yogurice 2.360 euros. Según el relato de la demanda, al comunicar la avería, la franquiciadora le instó a reclamar él y le envió los tiques de compra, que resultaron ser del bazar chino situado junto a su establecimiento. La batidora que le vendieron como industrial había costado 30 euros.

    Cambio de condiciones

    Por otro lado, la compañía cambió varias veces las condiciones del contrato de manera unilateral, elemento que, según Cuenca, es suficiente por sí solo para que el juez le dé la razón. En concreto, a partir de una determinada fecha les obligó a adquirir la leche -Asturiana- a través de la central al precio marcado por esta. Según Cuenca, los franquiciados podían encontrarla más barata de sus proveedores.

    Además, solo tres meses después de abrir sus establecimientos, Yogurice comunicó un cambio de las condiciones de pago, que era a 30 días y pasó a ser semanal, además de correr el franquiciado con el gasto en transporte si el pedido era inferior a 400 euros. Los demandantes piden que un perito evalúe los gastos y perjuicios ocasionados y se fije una indemnización.

    Originaria de Huelva

    Yogurice, que tiene unos 50 establecimientos, nació en Islantilla (Huelva), donde Luis Galve montó la primera yogurtería. Galve se asoció con Francisco Vela, que dirige el proyecto de expansión. elEconomista ha intentado localizar a ambos y ha hablado con su abogado, que ha declinado dar su versión de los hechos.