Turismo y Viajes
Maastricht y su TEFAF, la feria de arte por excelencia
Pedro Grifol
La creación artística es imparable, pero cada año cuando llega la feria de arte TEFAF (acrónimo de The European Fine Art Fair) a la ciudad holandesa de Maastricht parece como si el universo artístico se detuviera en el tiempo para hacernos reflexionar sobre lo acontecido -y apreciado- en la creación artística de todos los tiempos.
La rareza y variedad de la oferta ofrece la oportunidad de adquirir algunas de las piezas más buscadas disponibles en el mercado y atrae a 'ojeadores' de los más importantes museos del mundo, a los coleccionistas más caprichosos, y a diletantes entusiastas del show business artístico.
Aunque el discurso artístico es plenamente sincrónico porque en la feria (a priori) no existe ninguna hegemonía cultural que defina tendencias de estilo -o lo que es lo mismo: hay de todo y para todos los gustos (que no para todos los bolsillos)-, cada año es diferente; y no porque las obras presentadas sean nuevas o desconocidas sino porque la oferta y la demanda del mercado impone su ley. A saber: Este año se han excluido 50 expositores, que han sido sustituidos por otros tantos que llevaban esperando turno desde hacía diez años, pero el nivel ecléctico de la feria se mantiene imperturbable. A pesar de que potenciar el arte contemporáneo es la evidencia de este año, los nuevos expositores no muestran, o no han querido traer, obras de arte emergente susceptible de poder verse en la feria de Basilea o el mismo ARCO madrileño, que por otra parte tampoco es el estilo al que nos tiene acostumbrados la TEFAF. No he visto (aunque puede que los haya) ningún Hirst, Koons o Weiwei, los tres más mediáticos artistas internacionales y 'clásicos' del panorama mercantil del arte moderno/contemporáneo. Así que, en el recorrido por los pasillos nos seguimos encontrando piezas de alto valor decorativo de todas las tendencias, de todos los siglos y de todos los continentes, que combinan amablemente en el salón de cualquier casa burguesa al uso.
La española Caylus se ha atrevido a exhibir la pieza, de 1983, del artista pop americano Rauschenberg que representa una 'maja desnuda' (de Goya) transferida a una placa de porcelana (98 x 188 cm.) al precio de millón y medio de euros. Es una pieza no habitual de su stand, en el que también vemos una excelente talla en madera (de 1720) de Juan Alonso de Villabrille representando la Cabeza del Bautista, que costaba 80.000 euros, y que se vendió el mismo día de la inauguración.
En el stand del bonaerense Jaime Eguiguren podemos ver dos Ecce Homos insignes: uno de Ribera y otro de Murillo, ambos dignos de pertenecer a un museo español, más una Pareja de Centuriones de Alonso Berruguete (220.000 euros); pero la obra que se vendió el primer día fue un minucioso trabajo en cera policromada inserto en una en vitrina de Catarina De Julianis (1670-1743) representando a 'Magdalena penitente' que se fue a un museo de Detroit… no sabemos por cuánto dinero -¿?-. Excelente stand el argentino.
Dos picassos eróticos, susceptibles de turbar a algún/a coleccionista, se muestran en la londinense Thomas Gibson Fine Art. Un dibujo a color fechado en 1969 representando a un viejo pintor embelesado ante el ofrecimiento sexual de su modelo (600.000 euros), y otro papel con dos figuras femeninas ofreciéndose explícitamente al espectador (1.600.000 euros); esta obra fechada en 1972. En palabras del galerista: "Cuesta un millón de euros más porque Picasso, fallecido en 1973 a los 92 años, demuestra en este dibujo la energía, la vitalidad, y la potencia -¿sexual?- que tenía poco antes de morir". Genio y figura.
En la feria no puede faltar Diego López de Aragón, anticuario español experto en casi todo, que acude con una colección de seis arcabuces españoles (160.000 €.) pertenecientes a la Arcabucería Real madrileña y realizados en el siglo XVIII; armas que fueron utilizadas por los reyes Fernando VI y Carlos III, y sus respectivas cortes. También podemos ver la tabla "La Virgen y el Niño con San Juan" (circa 1580) de Luis de Morales, decorada con óvalos de plata y ágatas de colores, en cuya base conserva las reliquias de varios santos, que cuesta 300.000 euros…. y ¡qué bien podría haber sido la imagen ante la cual rezaba Felipe II! El galerista catalán Artur Ramon, participa por segunda vez en la sección de antigüedades -anteriormente estaba en la sección papel- con importantes piezas de cerámica de reflejos (aragonesa y catalana), pero con la particularidad de que alguna de ellas no puede salir de territorio español. Y Mayoral, galerista de Barcelona, ilusionado por participar por primera vez en la feria, exhibe una buena colección de obras pictóricas pertenecientes a la vanguardia española de posguerra: Canogar, Chillida, Millares, Saura, Miró…y el Tàpies exhibido en la Bienal de Venecia de 1958 al precio de 1.300.000 euros. Quizá elevado precio para un Tàpies para un público con mirada internacional.
En otro contexto, la alta joyería es una sección que se espera cada año con expectación. Siempre a destacar el stand de Deborah Elvira, que este año trae una cruz de principios del siglo XVIII realizada en oro y diamantes. La diseñadora taiwanesa Cindy Chao, que por primera vez acude a TEFAF, presenta una excepcional colección de gigantescas joyas actuales en las que combina materiales como titanio, oro blanco, plata, crisoberilo ojo de gato, diamantes y varias piedras preciosas.
De entre las joyas raras, la neoyorkina Siegelson, que participa también por primera vez, destacamos un impresionante broche articulado de gran tamaño en forma de estrella de mar -'Starfish' (675.000 $)- diseñado por Juliette Moutard en 1937 para la firma Boivin, y que perteneció a la actriz Claudette Colbert. Un objeto de deseo… para no olvidarse de él cuando se descubre por primera vez.
Como todos los años tampoco faltan inquietantes máscaras africanas -y oceánicas- con los relojes de arena, las peculiares armas de Peter Finer… y muchos Van Dongen, el pintor holandés abonado a la feria, repartidos por varios stands.
También hay gran profusión de 'Concetti Spaziale' -todas las obras de Lucio Fontana (Fontana es el autor de los cortes realizados en el lienzo) se titulan igual-, en los espacios de Alessandro Galli, Vedovi Gallery, Tomas Sali y Mazzoleni, por los que piden entre 750.000 euros y 2.800.000 euros dependiendo de las cuchilladas practicadas en la tela… y de su color. A resaltar que el que haya comprado fontanas el año pasado ha perdido dinero, porque este año su obra ha bajado de cotización… Cosas que tiene el Mercado del Arte.
Más información
CÓMO IR
Maastricht está a 120 km. de Bruselas. La opción más recomendable es volar hasta Bruselas.
Las compañías Brussels Airlines (brusselsairlines.com) e Iberia (iberia.com) tienen varias frecuencias diarias tanto desde Madrid como desde Barcelona. En el mismo aeropuerto se puede contratar servicio de transfer: Taxi Frenske (taxi-frenske.nl) y Maestax (maestax.nl).
ALOJAMIENTO
Dos hoteles recomendables para ahorrar dinero -y gastárselo en una obra de arte-, son:
Eden Desinghotel (edencityhotels.com) y Townhouse Maastricht (townhousehotels.nl)
SOBRE TEFAF
La edición número 32 de la feria de arte TEFAF (tefaf.com) tiene lugar en el Palacio de Exposiciones y Congresos MECC de Maastricht hasta el 24 de marzo de 2019.
Entrada: 45 euros (tickets@tefaf.com)
Oficina de Turismo de Maastricht: www.vvvmaastricht.eu
Turismo de Holanda: www.holanda-turismo.es