Turismo y Viajes

Turín exhibe la Sábana Santa



    Viajar a Turín siempre tiene su encanto. Este año y hasta el 23 de mayo cuenta con un aliciente añadido porque la ciudad italiana alberga una reliquia singular, la Sábana Santa. De nuevo es posible verla. ¡Verla... pero no tocarla!, a pesar de que la parafernalia de las religiones necesitan algo tangible para reforzar sus tradiciones y convertirlas en más rentables.

    Ante la eterna polémica suscitada por su autenticidad, Juan Pablo II, en 1998, pronunció estas palabras: "Dado que no se trata de una materia de fe, la Iglesia no tiene competencia específica para pronunciarse sobre estas cuestiones. Encomienda a los científicos la tarea de continuar investigando para encontrar respuestas adecuadas a los interrogantes relacionados con este lienzo".

    Así pues, la autoridad competente consideró que no es una verdad revelada de ningún testimonio.

    Pero algo ha debido de cambiar en los pasillos del Vaticano cuando la actual postura -y oficial- de la Iglesia católica ahora mantiene que: "No importa su autenticidad, ya que es una herramienta importante para la fe". ¿En qué quedamos?...

    Desde la tribuna de elEconomista.es/TurismoyViajes nos interesa mucho el aspecto crematístico, cómo se hace caja, y si las cifras de negocio se harán públicas al concluir la campaña, ya que el volumen de "merchandising" creado en torno a su ostensión en la catedral de Turín, donde permanecerá exhibida durante seis semanas y hasta el 23 de mayo, es espectacular. En los primeros días han desfilado ya más de 100.000 personas, de los más de 2 millones que se esperan. El tiempo que se puede permanecer parado ante la sindone es de 3 minutos.

    La visita es gratuita -¡faltaba más!-, pero es necesaria la reserva previa a través de un sitio Internet o en un call center telefónico, aunque también se anuncia un servicio de reserva "inmediata" (para visitas en el mismo día) en un punto de acogida para enfermos, discapacitados, religiosos, peregrinajes diocesanos y VIPS enchufados de última hora. El punto culminante se alcanzará el domingo 2 de mayo, cuando el visitante más ilustre, Benedicto XVI, vaya a Turín a celebrar la misa en la piazza San Carlo.

    Los científicos, que no se destacan precisamente por enriquecerse a costa de sus investigaciones, seguirán investigando la gran pieza de lino de 4'41 m. de largo por 1'13 m. de ancho, amarillenta, raída, sucia, manchada de sangre y quemada; sobre la que tres prestigiosos laboratorios de Inglaterra, Suiza y Estados Unidos anunciaron conjuntamente, en 1988, que la técnica de datación por el Carbono 14 indicaba que el lienzo de Turín era del siglo XIV, casualmente de la misma época de la que tenemos testimonios históricos de su existencia en Francia. Pruebas, por otro lado ya cuestionadas y rebatidas para devolver al ostracismo cualquier tipo de investigación. Historia, ciencia, misterio... la pieza de tela es un "reto a la inteligencia".

    Sin embargo, los estudios de publicidad, diseño y marketing, las agencias de turismo religioso y los fabricantes de objetos-recuerdo, tienen otras miras comerciales y han trabajado concienzudamente. Durante la presentación de la Sábana Santa se podrán ver imágenes inéditas en altísima resolución, reproducciones en soportes 3 D y DVD's de gran calidad, todo realizado con los más sofisticados medios de tecnología audiovisual. Todo a la venta y con su respectiva tarifa, como Dios manda; Los precios arrancan en 30 céntimos de euro por una estampa con una oración para recitar ante la Sábana... ¡Qué tiempos aquellos en los que las estampitas se repartían (de regalo) entre los fieles! También se venden unas gafas tridimensionales a 2 euros para ver los efectos en relieve recientemente "descubiertos" y si las quiere graduadas con aumento, 3 euros.

    Si tiene curiosidad o devoción -o ambas- apresúrese a solicitar su puesto en la cola en www.sindone.org.

    A Turín podemos ir desde Madrid y Barcelona en avión con Air Nostrum (www.airnostrum.es). Desde Barcelona también el tren Elipsos (www.elipsos.com) nos deja a las puertas del templo.

    En fin, el espectáculo ha comenzado... o en palabras del taxista que me llevó hasta las puertas del Duomo: "Che bel casino!".

    Información turística:
    www.turismotorino.org
    www.italiaturismo.es