Transportes y Turismo

Gibraltar da otro paso para atraer turismo y ser la Marbella británica: reabre los Túneles de la II Guerra Mundial

Uno de los túneles de Gibraltar

Luis M. García

Gibraltar quiere ser uno de los grandes destinos turísticos del sur de Europa. El objetivo de la colonia es convertirse en una especie de Marbella británica, donde prime el turismo de lujo, y para ello continúa con sus planes expansionistas en aguas españolas , donde crea un nuevo complejo recreativo de 45.000 metros cuadrados, pero también está renovando su oferta para atraer a más visitantes.

Con ese objetivo de las autoridades de la Roca de potenciar su oferta turistica, Gibraltar acaba de reabrir los Túneles de la II Guerra Mundial, una enorme red de pasadizos que fueron utilizados de manera estratégica en la contienda y que han sido remodelados para ser reabiertos al público con una nueva y renovada oferta.

Estos túneles abrieron por primera vez a los visitantes en mayo de 2005, cerraron dos años después y, tras cuatro de rehabilitación, fueron reabiertos en 2011. Ahora han vuelto a ser renovados, en un proyecto que ha llevado a cabo Wright Tech Ltd, para ofrecer a los visitantes una "experiencia inmersiva única".

Los túneles han sido tranformados en un museo en el que pueden verse fotos originales de su gran ampliación del siglo XX, recortes de prensa de entonces, un espacio dedicado al espionaje y otro que recoge la evacuación de la población gibraltareña, que es uno de los grandes hitos del Peñón. Los túneles pueden visitarse de lunes a domingo en horario de 9.00 a 18.15 horas y la visita dura entre 30 y 40 minutos.

Más turistas y más residentes

Gibraltar trata de promocionar su legado británico, además de su papel decisivo en la II Guerra Mundial, y ha comenzado el plan de recuperación de sus espacios históricos por sus icónicos túneles, aunque este es solo el primer proyecto. Lo siguiente será acometer las rehabilitaciones del Castillo del Moro y las Defensas del Norte, aunque los túneles son la gran apuesta por su atractivo turístico y de ahí que se hayan mejorado en primer lugar.

La remodelación ha implicado recablear todos los puntos eléctricos de los túneles y la instalación de una nueva iluminación y unos novedosos paneles informativos.

Gibraltar quiere ser más grande y no oculta que estas acciones están directamente enfocadas a su anhelo por convertirse en un gran destino turístico, como destaca John Cortés, ministro de Medio Ambiente y Patrimonio de la Roca, que espera que la nueva oferta "atraiga a más turistas, pero también a más residentes".

Del Gran Asedio a la segunda gran guerra

Los túneles de Gibraltar, aunque son conocidos como Túneles de la Segunda Guerra Mundial, comenzaron a construirse el 25 de mayo de 1782, en el marco del sitio de Gibraltar de 1779 o Gran Asedio de Gibraltar, el tercero llevado a cabo por España desde la pérdida de la plaza para intentar recuperarla.

Fue la campaña más importante que se realizó en Gibraltar durante el siglo XVIII y tuvo como antecedentes los asedios de 1704 y 1727. Durante casi cuatro años, de 1779 a 1783, se mantuvo contra Gibraltar un bloqueo naval, además de realizarse intensos bombardeos y comenzar a utilizarse las llamadas baterías flotantes. Fue la última gran acción de España en su objetivo de hacerse con Gibraltar, pero no prosperó: la colonia británica resistió todos los ataques.

Los túneles datan de entonces, cuando se realizó una importantísima obra de ingeniería para construirlos, aunque fue durante la II Guerra Mundial cuando más se expandieron. Gibraltar era (y es) un lugar estratégico por entonces ahelado por la Alemania nazi y la colonia pensó en sacarle partido a ese sistema de túneles del siglo XVIII que además se tornaba necesario para dar alojamiento a las tropas. El sistema de túneles ofrecía una protección total al tratarse de un inmenso búnquer, eficaz contra los ataques aéreos, marítimos y terrestres.

Ciudad subterránea para 16.000 personas

La población civil de Gibraltar había sido evacuada al principio de la guerra y el tamaño de la guarnición del Peñón había aumentado hasta los 16.000 efectivos. Por ello se excavaron numerosos túneles adicionales, para proporcionar alojamiento a tan elevado contingente y, además, poder almacenar alimentos y municiones. Así, la longitud total de la red de túneles de Gibraltar se elevó hasta los 52 kilómetros cuadrados actuales.

Esta ampliación de los túneles durante la II Guerra Mundial fue llevada a cabo por cuatro compañías especializadas en grandes perforaciones pertenecientes al cuerpo de Royal Engineers y al ejército canadiense. Las nuevas instalaciones permitieron el establecimiento de una nueva área de base principal en la zona sureste de Gibraltar para proteger la colonia de posibles ataques terrestres de las tropas españolas. Además, se crearon nuevos pasadizos para conectar esta nueva base con todos los enclaves militares del lado oeste: los túneles de Great North Road y Fosse Way, que atraviesan casi todo el Peñón.

La capacidad de los túneles permitía alojar a toda la guarnición y víveres para 16 meses, pero también incluía una central telefónica subterránea, una estación generadora de energía y una planta de destilación de agua, un hospital, una panadería, almacenes de municiones y un taller para el mantenimiento de vehículos.

El descubrimiento de 1997

Los túneles de Gibraltar han estado siempre rodeados de secretismo pese a su apertura al público. Hay docenas de pasadizos más que no están abiertos al público. De hecho, hasta 1997 no se conoció una de las acciones que los británicos prepararon en Gibraltar durante la II Guerra Mundial. Adolf Hitler se planteó invadir Gibraltar, aunque no llegó a un acuerdo para ello con Francico Franco. Pero los británicos no se fiaban y pusieron en marcha en 1941 una acción por si Gibraltar finalmente caía en manos nazis, la llamada Operación Tracer.

Esta operación británica fue ideada para contrarrestar la Operación Félix, que era el nombre del plan de la Alemania nazi para tomar Gibraltar. Se programó para el 10 de enero de 1941, pero nunca fue ejecutado porque requería la entrada efectiva de España en la guerra a favor de Alemania, y Franco quiso mantener el país como no beligerante. El plan del Reino Unido consistía en crear un puesto de observación encubierto en el peñón, que pudiera permanecer activo y enviar información a Londres, incluso en el caso de que Gibraltar fuera ocupado por los alemanes.

Para ello se construyó una cámara especial en los túneles, concluida en 1942, capaz de albergar a seis soldados que serían literalmente encerrados en esa estancia sellada (un oficial, dos médicos y tres operadores de radio). Se almacenaron provisiones para que los seis pudieran resistir allí hasta siete años e informaran desde el lugar de qué hacían los alemanes en la Roca.

Reducto privilegiado

La habitación principal del complejo mide únicamente 14 x 4,8 x 2,4 metros y está a una altura de 410 metros. Tiene dos huecos para la observación, una al oeste sobre la bahía de Algeciras y otra al este sobre el Mediterráneo.

En el interior, por entonces había dos generadores electricos, uno de ellos alimentado mediante una bicicleta. Además, todo el suelo había sido recubierto con corcho para reducir el ruido del interior, especialmente el de las transmisiones.

La Operación Tracer nunca llegó a activarse y, después, la conquista del norte de África por parte de los aliados, en mayo de 1943, y de Sicilia, en agosto de ese mismo año, provocaron que se disparara la amenaza sobre Gibraltar. Las cámaras fueron selladas y las provisiones fueron redistribuidas, hasta que en 1997 se anunció la existencia de esta sala.