Terrorismo

Así era la vida de Ignacio Uría: el 41 empresario vasco asesinado por ETA



    Ignacio Uría, consejero de la empresa Altuna y Uría -una de las constructoras de la 'Y' vasca- estaba casado y tenía cinco hijos. Se ha convertido en el 41 empresario vasco asesinado por ETA: ha muerto asesinado cuando acudía al restaurante donde todos los días juga al tute y al mus. De carácter "bullicioso", sus vecinos le definían como "muy buena persona" al que le gustaba hacer "muchas bromas".

    El empresario, de 71 años, ha sido asesinado en el entorno en el que discurrió su vida, junto a su empresa, Altuna y Uría, y su domicilio, ubicado en la misma zona del barrio Loyola de la localidad guipuzcoana de Azpeitia. Uría Mendizábal, padre de cinco hijos, salió de trabajar esta mañana pasadas las 13.00 y se dirigió andando al restaurante, situado a unos 200 metros de la empresa. En ese momento, un desconocido se aproximó a él y le disparó a sangre fría. Los servicios de emergencia no pudieron evitar su muerte.

    Uno de sus vecinos ha asegurado que el empresario era "muy buena persona" y solía hacer "muchas bromas" con la gente, tanto en la calle como cuando estaba en el bar. Sus vecinos destacan su bondad y su carácter "bullicioso", ya que su manera de ser y comportarse hacían que fuera fácil percibir su presencia.

    El historial de ETA

    La banda terrorista no acababa con la vida de ningún empresario desde el año 2000, cuando atentó contra el presidente de la patronal guipuzcoana José María Korta.

    Antes que él, la organización terrorista había asesinado a casi una cuarentena de empresarios vascos, la mayoría propietarios de pequeños comercios, restaurantes o bares. Además, la mayor parte fueron asesinados en los años 80.

    Varios de ellos fueron secuestrados antes de ser asesinados, como el caso del empresario Javier Ybarra, que permaneció secuestrado alrededor de un mes.

    La organización terrorista Segi ya había amenazado directamente a la empresa Altuna y Uría en un comunicado de marzo de 2007 por participar en las obras de la 'Y' vasca. Este documento fue incluido por el juez de la Audiencia Nacional, Baltasar Garzón, en sus autos de ilegalización del PCTV y ANV con el fin de demostrar la estrategia común con el grupo terrorista contra la 'Y' vasca.