Terrorismo
Francia golpea en el aparato militar de ETA y detiene a dos de sus miembros
Las fuerzas de seguridad francesas asestaron este domingo un duro golpe a la cúpula militar de ETA, tras la detención, cerca de la localidad de Montpellier, a dos de los miembros del aparato militar de la banda terrorista. Interrogados a primeras horas del día, pronto serán trasladados a París.
Este domingo caía el 'número dos' del 'aparato militar' de ETA. La operación de la policía francesa y de la Guardia Civil ha logrado la detención dedos etarras en el sur de Francia, entre ellos, Iurgi Mendinueta Mintegi, 'Aitor', al que el Ministerio del Interior le atribuye la condición de segundo jefe del 'aparato militar de ETA'. El otro es Joanes Larretxea Mendiola, cuyo domicilio ha sido registrado este lunes y en el que se encontrado información.
El relato de los hechos
Las detenciones se han producido cuando iban en un Peugeot 307, en las proximidades de un zulo en Montepellier, Francia. En este zulo han sido localizadas placas dobladas y una troqueladora que podría servir a la banda terrorista para preparar los coches bomba que luego utiliza para atentar en España.
En principio esta operación no guarda relación con la detención, también en Francia, de un presunto terrorista que se entregó tras recibir un impacto de bala en la mano.
Fuentes de la investigación creen que se trata de un huído tras el desmantelamiento del comando Pamplona en la capital navarra. El presunto terrorista se podría haber autolesionado pegándose un tiro en la mano.
Hombres claves de la banda
Ninguno de los detenidos aparece como líder de la cúpula etarra -apunta este lunes La Vanguardia-, pero ambos nombres figuraban en las listas de la lucha antiterrorista por su relevancia en la banda, especialmente Mendinueta. Nacido en San Sebastián, Mendinueta estaba entre los más buscados por su condición de dirigente del aparato militar. Larretxea había sido incluido este verano en las fotografías que repartió Interior.
Mendinueta llevaba dos años en busca y captura, según una orden de la Audiencia Nacional: se presume que había formado parte del equipo que lideraba Txeroki, uno de los últimos responsables del aparato militar, detenido hace diez meses. Larretxea aparece en el cartel de los terroristas más buscados difundido por el Ministerio del Interior a principios de agosto, tras la cadena de atentados de Burgos y Mallorca, una campaña con múltiples bombas lapa que se había cobrado la vida de dos guardias civiles, junto a otros 66 heridos. La investigación cree que Larretxea pudo formar parte del comando que había sembrado el terror en el país durante aquellos días.
A bordo del Peugeot, ambos iban de camino a un zulo oculto en un monte de Rivières, en una zona en la que habían aparecido otros doce escondrijos en agos- to. En el arsenal, un agujero excavado en la tierra, los agentes hallaron un bidón con una tro- queladora para elaborar matrí- culas falsas, y también placas. Con ese material, se presume, habían diseñado las matrículas con las que circulaban en el coche.
El hallazgo del zulo confirma un hecho: aún hay escondrijos en el sur de Francia, en la zona mediterránea. Se trata de agujeros austeros, nada que ver con los grandes arsenales que la banda construía en el pasado. Todo forma parte de la nueva estrategia etarra: el descubrimiento de cualquier escondite tiene un impacto menor sobre su infraestructura.