Un proveedor de Telefónica, Elías y la banca se quedarán con la nueva Ezentis para salvarla de la quiebra
- Se divide en dos sociedades y el negocio de instalaciones queda fuera de bolsa
- El accionista de referencia actual y el nuevo inversor inyectan capital para salvar la firma de la quiebra
- La quita de deuda hecha por las entidades alcanza el 77%
Carles Huguet
Ezentis comienza a ver la luz al final de su larga crisis. Con la cotización suspendida desde hace un mes al empezar a negociar un plan de reestructuración con sus acreedores por unas deudas ligeramente inferiores a los 200 millones, la empresa ya ha llegado a un acuerdo con la banca y su primer accionista, José Elías, para salvarla de la quiebra. A falta de la aprobación definitiva, las entidades aceptarán una quita media del 77% y la organización se dividirá en dos partes: el negocio informático -que seguirá en bolsa- y el de las instalaciones -que se escindirá en una nueva sociedad no cotizada-. El spin-off será propiedad de Elías, que se quedará con el 32%, la banca (21%) e Insyte, un proveedor de Telefónica que entrará con el 42%. La vieja Ezentis ostentará un 5%.
De este modo, la Ezentis que quede en los parqués tendrá aproximadamente una décima parte del tamaño actual. Mantendrá el negocio informático, que presta para varios ministerios y ha ganado recientemente contratos como la gestión de la conectividad del Nuevo Santiago Bernabéu, que se acaba de adjudicar por 2,5 millones de euros. A cambio de la contracción, nacerá con una deuda de cero euros; una situación muy diferente a la que vive actualmente.
Mientras, la mayor parte de la actividad de la organización -incluido el contrato que tiene con Telefónica, su principal activo- se escindirá en una nueva sociedad que no cotizará y se centrará en la gestión de instalaciones.
La banca asumirá una quita media del 77% de la deuda: a cambio, se quedarán con el 21% de la nueva Ezentis
El actual primer accionista de la firma, José Elías, sirvió como ancla para captar a Insyte, una ingeniería centrada en el sector de las telecomunicaciones que suele trabajar con la propia Telefónica. El dirigente pondrá alrededor de 8 millones por su parte del pastel y el nuevo actor aportará otros 12 millones.
El pool bancario formado por Muzinich, Banco Santander, BBVA, Caixabank, EBN y Pichincha asumirá una quita media del 77% -la nueva ley concursal distingue los tipos de acreedores, por lo que no será igual en todos los casos- y ostentará el 21%. El pasivo de la nueva compañía rondará los 45 millones. La parte cotizada se quedará con el 5% de la firma privada.
Si el papel de los accionistas fue clave, no menos importante fue el de Telefónica. La teleco aceptó ampliar su contrato con la empresa a nivel temporal y de servicios. Sin ella, los acreedores no hubieran aceptado los términos propuestos.
Según ha podido saber elEconomista.es, todas las partes ya firmaron el term sheet -carta de intenciones-, pero todavía falta un trecho para que la reestructuración quede sellada. El acuerdo debe pasar por el consejo de administración -presumiblemente el de febrero-, la junta directiva y recibir el visto bueno de la Comisión Nacional del Mercado de Valores (CNMV). Por ello, no se espera que se pueda aplicar hasta bien entrada la primavera. Mientras, un portavoz de Ezentis asegura a este medio que no existe ningún acuerdo definitivo.
El negocio en América
En paralelo, Ezentis también tuvo que recortar su negocio americano. La empresa cotizada mantendrá las filiales que tiene en Colombia y México -de pequeño tamaño- tras haber cerrado en los últimos meses las sociedades que tenía en Perú, Brasil y Chile, que sí tenían más importancia en el balance de la organización.
Así, la empresa encuentra una solución que podrá mantener los puestos de trabajo actuales después de que la Sociedad Española de Propiedades Industriales (SEPI) le denegara un rescate de 70 millones solicitado la pasada primavera.