Telecomunicaciones y tecnología

Telefónica sólo podrá comprar E-Plus a cambio de perder frecuencias de móvil

    Telefónica.<i>Foto: Europa Press/Archivo</i>


    Telefónica deberá prescindir de parte de sus frecuencias alemanas, especialmente en la banda de 2.100 Mhz y 2,6 Ghz. No le queda otra. Sólo de esa forma el operador español podrá recibir el visto bueno de Bruselas para cerrar la adquisición de E-Plus, la filial germana de KPN, cuyo acuerdo de compra venta se anunció en julio de 2013 por un importe de 5.000 millones de euros en efectivo.

    Según ha podido saber elEconomista de fuentes próximas a los organismo europeos, las objeciones en torno al recorte de frecuencias -junto con otras exigencias de menor calado- podrían darse a conocer en los próximos días.

    A grandes rasgos, el Ejecutivo comunitario aplicará un patrón similar al realizado en otros países del Viejo Continente. Eso sucedió en Austria, tras la compra de Orange por parte de Hutchison, y también en el Reino Unido, con Everything Everywhere, la joint venture de Deutsche Telekom y France Télécom. En todos los casos, los grupos resultantes recibieron el permiso de la CE pero tuvieron que sacrificar parte de sus frecuencias para poder culminar la integración.

    Un mercado de tres jugadores

    Tras siete meses de espera, la multinacional que preside César Alierta confía en que la Comisión Europea desbloquee una compraventa que reducirá a tres compañías los operadores alemanes, frente a los cuatro actuales.

    La fuentes consultadas por este periódico apuntan que la integración de los activos de Telefónica y E-Plus desvirtuaría la situación competitiva en el mercado del móvil alemán, con especial impacto en el negocio de telefonía de 4G a través de las frecuencias altas del espectro, las de 2.100 Mhz y 2,6 Ghz.

    A finales de 2013, la Comisión Europea abrió una investigación en profundidad sobre la oferta de Telefónica por E-Plus. Entonces dijo que "la operación podría reducir la competencia y ocasionar precios más elevados para los consumidores". Desde ese momento, la CE puso en marcha un plazo de 40 días -que concluye el próximo martes- para comunicar a las partes su decisión sobre la compra, así como las posibles condiciones.

    El departamento jurídico de Telefónica ya auguró las dificultades de la operación cuando la teleco realizó su ofensiva sobre E-Plus el pasado verano. De puertas para adentro, los juristas asumían que la acumulación de espectro podría chocar en Bruselas. La suma de las frecuencias de la filial alemana de Telefónica y la de KPN representa el 60 por ciento de la banda de 2.100 Mhz, así como más del 50 por ciento de la banda de 2,6 Ghz y alrededor del 60 por ciento de la de 1.800 Mhz. "Con semejantes datos, el operador español puede aventurar que verá mermados parcialmente sus actuales recursos", apuntan a este periódico.

    En el Reino Unido, la joint venture franco alemana Everything Everywhere (EE) sufrió un notable menoscabo de la suma de su espectro, con la devolución de la cuarta parte de sus frecuencias de 1.800 Mhz, recursos radioeléctricos que posteriormente subastó Ofcom, el regulador británico de las telecomunicaciones.

    La Comisión de Competencia que dirige Joaquín Almunia también aplicó un tijeretazo a las frecuencias a la empresa austriaca resultante de la unión de Hutchinson y Orange, bajo la marca 3 Austria. Tras diez meses de deliberaciones, el mercado austriaco quedó reducido a tres jugadores, pero 3 Austria tuvo que ceder al regulador de aquel país parte de su espectro de las bandas de 2,6 Ghz y de 800 Mhz. Además, también por exigencia de la CE, el mismo operador tuvo que comprometerse a mantener sus servicios tanto a los actuales operadores móviles virtuales como a los que pudieran surgir en el futuro.