Telecomunicaciones y tecnología
Un periodista implica a altos cargos de Murdoch
En una carta escrita hace cuatro años y publicada por The Guardian el martes, el ex reportero de la familia real Clive Goodman indicó que la práctica de escuchas era abiertamente debatida hasta que el director Andy Coulson impuso el silencio.
Coulson, que varias veces afirmó no tener conocimiento sobre las intervenciones, se convirtió en el portavoz oficial del primer ministro David Cameron, una decisión que trasladó el caso a la arena política y forzó al Gobierno británico a desafiar a Murdoch después de años de buscar su apoyo.
"Esta práctica era ampliamente discutida en las reuniones de agenda del diario, hasta que cualquier referencia explícita sobre ella fue prohibida por el director", dice la carta de Goodman, publicada como parte de una investigación parlamentaria sobre la escuchas telefónicas.
"Otros miembros del personal realizaban los mismos procedimientos ilegales", agrega la misiva.
Goodman, que fue encarcelado en 2007 junto al detective privado Glenn Mulcaire, señaló que le dijeron que podía mantener su trabajo si aceptaba no implicar al diario.
El comité que investiga el escándalo dijo el martes que probablemente volvería a citar al hijo de Murdoch, James, para pedirle más evidencias después de la declaración de Goodman y de otras figuras que rebatieron su testimonio previo.
"Cuando tengamos la nueva información que estamos buscando, creo que es muy probable que queramos plantear estos puntos a James Murdoch", declaró el presidente del comité, John Whittingdale, a periodistas.
El legislador Tom Watson, el más obstinado al interrogar a Murdoch, dijo a la prensa más temprano que la nueva evidencia contiene "devastadoras revelaciones" que podrían generar cuestionamientos a toda la compañía.
"MATERIAL GRAVE"
Las acusaciones de escuchas en la filial británica de News Corp y en particular la información de que periodistas usaron investigadores para intervenir los correos de voz de víctimas de asesinato, desataron una oleada de indignación en Reino Unido que dominó la atención mediática durante todo julio.
También forzó a la compañía a cerrar el diario tras 168 años en circulación, a abandonar su adquisición más importante en décadas -la compra de BSkyB por 12.000 millones de dólares- y a aceptar la renuncia de dos de sus más destacados ejecutivos.
Dos jefes de policía también renunciaron por su fracaso a la hora de investigar correctamente el escándalo y desde entonces han sido arrestadas 12 personas.
"El primer ministro (Cameron) no tomó ninguna medida y miró hacia otro lado en medio de las acusaciones de que había traído a Downing Street 10 (residencia del primer ministro británico) alguien al tanto de esta actividad delictiva", dijo en un comunicado el líder de la oposición, Ed Miliband.
"Cada nueva pieza de evidencia muestra lo catastrófico fue su juicio", agregó.
Por su parte, News International, el brazo del imperio de medios británico News Corp, no negó las acusaciones hechas por Goodman.
"Reconocemos la gravedad del material dado a conocer a la policía y el Parlamento y manifestamos nuestro compromiso de trabajar de un modo constructivo y abierto con todas las autoridades pertinentes", dijo en un comunicado.
Dos ex trabajadores del News of the World ya habían rebatido la información que James Murdoch dio en el Parlamento en julio.
Whittingdale, quien dijo que aún quedan diferencias en cuanto a las versiones de lo que ocurrió en el diario, dijo que es poco probable que el comité vuelva a citar a Rupert Murdoch, de 80 años.
Padre e hijo comparecieron ante el comité el 19 de julio, donde se les exigió explicar su conocimiento sobre las escuchas y los supuestos sobornos pagados a la policía por el tabloide.