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Sale a la venta God of War: las claves por las que todo el mundo habla de él


    Francisco Pineda, JuegosADN

    Los jugadores de PlayStation 4 ya pueden respirar tranquilos. Hoy 20 de abril llega a las tiendas God of War, uno de los títulos más esperados de la consola. Los que todavía no tengan una máquina de Sony en su haber ya tienen la excusa perfecta para hacerse con una. Hablamos de uno de los juegos más importantes del año, pero también de la compañía japonesa y que puede convertirse sin duda alguna en un vende-consolas.

    Las notas son unánimes. God of War es una obra maestra y que desde su anuncio, pasando recientemente por el análisis del juego junto a hoy, día del lanzamiento, se ha convertido en uno de esos nombres que no pararemos de oír y leer durante las próximas horas. Pero, ¿qué tiene God of War que todo el mundo habla de él?

    La nueva entrega de God of War, además de sumergirnos en un escenario y concepto de mitología nuevos, ofrece a los jugadores la posibilidad de controlar un arma nueva. Tras años portando las Espadas del Caos, Kratos hace uso ahora del Hacha Leviatán, un arma mágica que podemos usar para ataques a corta y larga distancia. Pero esta arma esconde muchos más, pues gracias a una serie de runas y materiales especiales podemos mejorar sus prestaciones para el combate, como por ejemplo desbloquear ataques secundarios o hacer que sea más poderosa.

    God of War ofrece a los jugadores la posibilidad de recorrer un mundo completamente nuevo plagado de toda clase de peligros, pero también secretos y muchas cosas por recolectar. Si bien es cierto que no estamos ante un mundo abierto, la exploración se antoja importante para recoger materiales de todo tipo para mejorar nuestras armas, armaduras y conseguir ventajas adicionales escondidas en los cofres que hay repartidos por el escenario. Kratos necesita lo mejor para los duros combates que tendrá que librar durante la nueva aventura. Seguir la línea establecida no es siempre la mejor opción.

    Uno de los cambios más importantes que ha visto God of War es el sistema de combate, donde el equipo de Santa Monica ha apostado por una vertiente más centrada en el combate directo y la estrategia con una cámara situada a la espalda de Kratos. Ahora, no bastará con atacar a lo loco pulsando el clásico esquema cuadrado, cuadrado y triángulo, pues tendremos que medir bien los momentos en los que atacar, defender y esquivar son las mejores opciones. Estudiar los patrones de los enemigos y vigilar nuestra espalda son aspectos que debemos tener muy en cuenta. En los modos de dificultad más elevados será primordial pensar antes de atacar, pues caeremos derrotados muy rápido si vamos a lo loco.

    Atreus, pieza clave

    Atreus, el hijo de Kratos, es otra de las grandes novedades que incorpora God of War y de las más importantes. El hijo del guerrero espartano es un activo muy valioso para los jugadores, pues además de ayudarnos con la lengua nórdica que Kratos desconoce por completo y con la historia del mundo, puede ser un apoyo muy importante en el combate gracias a su arco y sus ataques físicos para dañar y/o desequilibrar a los enemigos. Por ello, es obligatorio dedicar un tiempo no solo a mejorar su árbol de habilidades, sino también a mejorar lo máximo posible su equipamiento y los encantamientos que puede usar en el combate.

    God of War ha sido testigo de cambios muy llamativos con el fin de ofrecer a los jugadores una experiencia mucho más completa en todos los sentidos. Uno de ellos es la historia, que además de permitirnos vivir una aventura llena de todo tipo de momento, vendrá acompañada de misiones secundarias que nos mantendrán ocupados durante muchas horas. Conforme vayamos avanzando veremos que el mundo se va llenando de toda clase de misiones alternativas, algunas de ellas bastante complicadas y en la que no es recomendable entrar hasta que nuestro nivel sea el adecuado. Es difícil resistirse a los cantos de las valquirias que nos llegan desde todos los rincones del juego, pero avanzar en la historia es más importante que desviarse desde los primeros compases del juego. Ya habrá tiempo de volver.