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Llega Destiny 2: la saga de los 500 millones de dólares, se redime hoy con una secuela


    Francisco Pineda, JuegosADN

    Destiny. El juego de los 500 millones de dólares. El título que inundó portadas y telediarios en 2014 con su lanzamiento. El gran chof de la industria. Se han escritos miles de titulares y artículos sobre Destiny. El primer juego de Bungie fuera de su laureada franquicia Halo hizo correr ríos de tinta. Una marca en la que el estudio llevaba trabajando años y que tras los primeros meses de lanzamiento cayó en saco roto a pesar de la expectación desatada.

    Una jugabilidad limitada, una Campaña que no terminaba de enganchar y a la que se le veían las costuras. Escasas opciones de personalización y un título altamente prohitivio en cuanto a contenido para el que quería disfrutar del título en solitario hicieron que el shooter acabara siendo disfrutado un reducido núcleo de jugadores que se alejó demasiado de los que en septiembre de 2014 pasaron por caja.

    2017. Tras una primera entrega que a pesar de las irregulares etapas en cuanto a número de jugadores se refiere consiguió salvar los muebles gracias a sus DLC, Bungie vuelve dispuesta esta vez sí a meterse de llene a todos los usuarios con Destiny 2. Hoy 6 de septiembre aterriza en Xbox One y PlayStation 4 la secuela del shooter con las pretensiones de colocar a la franquicia en lo más alto de su género gracias a su propuesta jugable, mayor contenido y una vida poslanzamiento más fructífera.

    No obstante, en Bungie no son tontos y saben a la perfección qué cosas cuajaron entre la comunidad de jugadores. Una de ellas es el gunplay, las sensaciones con el personaje en el control y a la hora combatir. Esta características, junto al impresionante diseño artístico de los escenarios y personaje y los menús minimalistas se ha mantenido. Es por ello que cuando probamos por vez primera Destiny 2 sabemos que estamos ante esas grandes sensaciones que ya nos dejara la primera parte y que en cierta manera nos hacían volver pasado un tiempo.

    Un nuevo Destiny

    Todo lo demás ha cambiado por completo en Destiny 2. Para empezar la Campaña ha ganado muchísimos enteros. Ahora nos encontraremos con una historia mucho más trabajada, numerosas escenas cinemáticas y por fin un adversario al que verle la cara, un villano que perseguir a lo largo o ancho del universo y así evitar sus maquiavélicos planes.

    A pesar de las novedades en la Campaña y para aquellos que no lo sepan, Destiny 2 no es un juego al que acudamos precisamente por su trama para un jugador o junto a varios amigos. La chicha del título arranca a partir de nivel 20. Una vez alcanzado se nos abrirá un mundo de posibilidades donde destaca el pique por conseguir mejores armas, armaduras y superar cada vez desafíos mayores.

    Bungie también ha trabajado este aspecto. Aunque los planetas se siguen presentado en un número escaso, el número de tareas a realizar en éstos se ampliado de forma considerable. Tendremos un buen puñado de misiones secundarias, además de todo tipo de aventuras que nos llevará completar varias horas. Eso sin mencionar las mazmorras ocultas en cada planeta, los Asaltos y por supuesto las Raids. Es aquí precisamente donde se mueve el auténtico cotarro de objetos valiosos. Desafíos que pueden llevar varias horas superar y que nos obligarán a conocer al dedillo nuestro personaje. Eso sí, la recompensa estará a la altura.

    Los que quieran una vertiente más competitiva volverán a encontrar en Destiny 2 una opción más que digna. Esta vez se ha optado por una rama algo menos alocada que en la primera parte, dando así prioridad a modos de juego y pequeños cambios sutiles a la hora de formar grupos que hacen de las partidas contra otros jugadores algo mucho más estratégico.

    En definitiva, ¿merece la pena Destiny 2? Por supuesto. Hablamos de un juego que a cambio de 55 o 60 euros puede darte un mínimo de 60 o 80 horas de juego. Nada mal si tenemos en cuenta que el juego recibirá futuras actualizaciones de contenido, algunas de pago y otras totalmente gratuitas. El jugador avezado de la primera entrega se encontrará con una secuela más trabajada y pulida, ampliando así las posibilidades jugables. Por contra, el usuario que no terminara de ver con buenos ojos Destiny esta vez tendrá a su alcance un juego menos frustrante en términos de recompensa y por ende más divertido y cargado de posibilidades.