Videojuegos
Microsoft reconoce que la guerra con PS4 ha cambiado a Xbox One
- La consola, lanzada en 2013, no tiene nada que ver con la actual
- La competencia ha llevado a la compañía a optimizar sus recursos
Fernando Borjas, JuegosADN
La llamada "guerra de las consolas" siempre ha sido un tema de conversación muy recurrente en los videojuegos, al menos desde que tenemos memoria. Atari, Nintendo, SEGA, Sony, Microsoft; todos recordamos diferentes etapas en esta industria marcadas por dos o más consolas con filosofías totalmente opuestas y en esta generación no es diferente con PS4 y Xbox One. Pese a que PlayStation 4 indudablemente se ha desmarcado en las ventas respecto a su competencia, Microsoft sabe que todavía no está todo dicho.
La competencia siempre ha sido un factor determinante para forzar a las compañías fabricantes de hardware de videojuegos a reinventarse, intentando acortar distancias con las ventas de sus rivales. En esta generación, que tiene lugar desde hace ya más de dos años, las reglas del juego han cambiado completamente; si ya con PS3 y Xbox 360 las consolas comenzaban a permitir a sus creadores ciertos cambios y mejoras gracias a las actualizaciones a través de internet, perfectamente puede considerarse a PS4 y Xbox One como "entes en constante evolución".
Poco o nada tienen que ver a nivel de software las dos consolas que recibimos en otoño de 2013 con las que hoy encendemos. Mientras PS4 ha actualizado su sistema desde un punto de vista más conservador, siempre con el componente social como máxima prioridad, Microsoft ha llevado a cabo una verdadera revolución en su Xbox One, sobre todo con la actualización del pasado mes de noviembre, que introdujo nada menos que Windows 10 en la consola.
Si Microsoft ha sido mucho más arriesgada que Sony con su consola, ha sido lógicamente por que el mercado manda y la diferencia de ventas entre PS4 y Xbox One es algo que los de Redmond tienen que intentar recortar de la forma que sea. Respecto a esto, Aaron Greenberg, director de márketing de Xbox, no se ha mordido la lengua reconociendo que la mencionada guerra con PlayStation 4 ha beneficiado mucho a su plataforma de sobremesa, según ha contado en una entrevista con IGN.
Greenberg dice que desconoce "cómo se desarrollarán los acontecimientos" más adelante en esta generación, pero cree que su equipo tiene "multitud de oportunidades". Comenta que en la división de Xbox todavía no están ni siquiera cerca de "alcanzar su visión" y de "aumentar el impacto en la industria del videojuego". El ejecutivo además se pregunta: "en un mundo donde prima la movilidad, la nube, donde queremos que la gente juegue a nuestros juegos y se conecte a nuestros servicios, ¿cómo expandir nuestras aspiraciones limitándonos a intentar ganar la guerra de las consolas?".
¿Es esta pregunta retórica de Greenberg la confirmación de que dentro de Microsoft la vista ya no está puesta en luchar de tú a tú con PS4? Desde luego parece que Xbox One no conseguirá batir a su competencia en ventas sin que los jugadores aprecien que su consola de verdad ofrece algo diferente. Quizás el problema de ambos sistemas sea precisamente que son demasiado parecidos, con un catálogo común demasiado grande.