Internet
La nueva normativa 'anticookies' siembra de incertidumbre la publicidad 'online'
Desde este mismo mes los usuarios españoles ya tienen que dar su consentimiento para la instalación de programas de registro de navegación online, conocida como cookies, después de la modificación de la Ley de Servicios de la Sociedad de la Información y del Comercio electrónico.
En el BOE, que ha dado luz verde a este cambio, se explica que la Ley se ha cambiado para "exigir el consentimiento del usuario sobre los archivos o programas informáticos que almacenan información en el equipo de usuario sobre las páginas visitadas y permiten que se acceda a ésta", con lo cual se reconoce que esos archivos y programas pueden facilitar la navegación por Internet, pero alerta de que su uso puede desvelar aspectos de la esfera privada de los usuarios, de ahí la importancia de la información que se de y la consciencia de compartir la misma.
Sin embargo, aunque las cookies han sido demonizadas a lo largo de la breve historia de la informática al nivel casi de troyanos o spam, nada más lejos de la realidad, es simplemente una huella digital para conocer anonimamente hábitos de navegación. Esta idea no combina con el planteamiento europeo con lo que ahora la captación de información sólo es posible "a condición de que dicho abonado o usuario haya dado su consentimiento después de que se le haya facilitado información clara y completa, en particular sobre los fines del tratamiento de los datos". Es decir, antes de lanzar la cookie, cada sitio deberá informar al internauta si la acepta, o no, al tiempo que se le explica para qué usarán esa información.
Sin embargo, ni la normativa europea ni la española establecen claramente cómo obtener ese consentimiento del usuario, con lo que la incógnita queda abierta en el sector publicitario a "cómo la Administración interprete el modo en que se debe solicitar el consentimiento del consumidor", apunta IAB Spain -asociación que representa al sector de la publicidad en los medios digitales españoles-.
Desde la Asociación se apuesta por dar una información clara a los usuarios así como apunta a incorporar una "herramienta para gestionar las preferencias de los consumidores, incluyendo la opción de darse de baja de forma sencilla de sistemas de publicidad basada en el comportamiento." Al tiempo que creen que la solución pasaría por incrementar el nivel de decisión del consumidor de instalar una función de no rastreo en su navegador, siendo éste el que acepte, o no, las cookies dejando así un sistema que proteja la privacidad pero que no sea tan severo, al igual que sucede en EEUU.